Mons. Arancibia llamó a descubrir la vocación a la santidad

  • 30 de octubre, 2017
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo emérito de Mendoza y delegado de la Conferencia Episcopal para las Causas de los Santos, monseñor José María Arancibia, brindó detalles sobre la próxima Jornada de Oración por la Santificación del Pueblo Argentino, que se lleva a cabo el 1º de noviembre y tendrá dos objetivos: "promover la figura de los santos y al mismo tiempo sentirnos nosotros llamados a imitarlos".
En diálogo con el programa El Fiscal que se transmite por FM 94.9 Radio de las Naciones Unidas, de lunes a viernes de 11 a 13, con la conducción de Horacio Frega y Tito Garabal, el arzobispo emérito de Mendoza y delegado de la Conferencia Episcopal para las Causas de los Santos, monseñor José María Arancibia, brindó detalles sobre la próxima Jornada de Oración por la Santificación del Pueblo Argentino, que se lleva a cabo el 1º de noviembre. El prelado se refirió a la santificación como un regalo de Dios: "Nosotros sólo tenemos que acogerla y colaborar con ella, pero es la fuerza de la Gracia la que nos hace santos, no nosotros que pretendemos ser santos. En eso los cristianos somos humildes y esperanzados al mismo tiempo, porque Dios nos regala dones muy lindos, la pena es que no sabemos recibirlos", lamentó. Monseñor Arancibia reconoció, con un espíritu abierto, "que la Argentina tiene mucha gente no católica y muy buena. Hay mucha gente que cree en Dios, y dentro de las otras tradiciones religiosas hay gente buena que hace el bien y que busca el bien". Al ser consultado por la Jornada de oración por la Santificación del Pueblo Argentino, el delegado para las Causas de los Santos comentó que la actividad tiene un doble objetivo: por un lado, rezar por la santificación del pueblo, y por otro, la glorificación y reconocimiento de nuestras figuras ilustres, los beatos y los santos, y aquellos que van en camino. "Hace unos 30 años la Iglesia argentina quiso dedicar más fuerza al reconocimiento de estas personas, y así es que en estas décadas han aparecido siervos de Dios, beatos, venerables, santos. El Cura Brochero que ha impactado tanto, Mama Antula y otros más", ejemplificó. "En ese contexto de querer estudiar y promover la figura de esta gente buena y santa, que le hizo tanto bien a la Argentina, también el Episcopado quiso que el pueblo descubriera la vocación a la santidad como una vocación de todos", señaló monseñor Arancibia, recordando que el Concilio Vaticano II ya consideraba que "el pueblo cristiano es aquel que tiene como vocación el amor, la santidad, el seguimiento de Jesús, ser perfectos como el Padre celestial, porque de nada vale que exaltemos figuras para pedir su intercesión, si no nos sentimos estimulados y animados por esas mismas figuras", consideró, y sostuvo que "ese es el doble sentido que tiene la jornada: promover la figura de los santos y al mismo tiempo sentirnos nosotros llamados a imitarlos". El prelado destacó que no se prepara ninguna actividad a nivel nacional para el 1º de noviembre, sino que se recordó a los grupos e instituciones católicas que ese día se celebra la Jornada de oración. A los fines de lograr mayor participación, en esta oportunidad se preparó material audiovisual, para que en cada parroquia puedan proponer la adhesión a la jornada de la manera que les resulte más conveniente. A través de tres cortometrajes, se explicó qué es la jornada, quiénes están llamados a la santidad, y quiénes nos han precedido y llevan la delantera para darnos ejemplo en el camino. Es por eso que "la jornada se celebra dentro de la vida ordinaria de cada familia, de cada comunidad, de cada diócesis o parroquia, donde en la propuesta de cada día tienen la ocasión y la invitación a vivirla de esta manera". Monseñor Arancibia seleccionó dos ejemplos de santidad que lo marcaron: desde el punto de vista clerical, consideró "sin duda alguna que el Cura Brochero me golpeó muy fuerte, precisamente como un cura cercano a este tiempo, que supo no solamente mostrarle a Jesús a la gente y llevar a la gente al seguimiento de Jesús, sino que junto con eso supo descubrir las grandes necesidades del pueblo y promover las causas que realmente el pueblo necesitaba: sus caminos, su educación, su convivencia, su progreso". Por otro lado, y desde el punto de vista laical, destacó la figura de Enrique Shaw, "un hombre de familia, un empresario, un hombre que supo vivir el Evangelio como marino, como empresario, como esposo, como padre de familia, como organizador de los empresarios de la Argentina? Es una figura que llama la atención porque ya se terminó el proceso acá en la Argentina, y está en la segunda fase que se realiza en Roma. Yo tengo mucha esperanza de que sea una figura que impacte verdaderamente a los laicos", reconoció. A poco menos de un mes de la beatificación de la Madre Catalina, que se celebrará el 25 de noviembre en Córdoba, el prelado consideró que también es un ejemplo interesante de santidad, ya que vivió más de 40 años como laica, fue esposa y madre, y recordó también "tantos otros personajes que después se destacaron en la vida religiosa pero primero fueron buenos hijos, buenos hermanos, buenos estudiantes". La figura de la Madre Catalina, agregó, "está ligada a la figura de Brochero porque fue contemporánea y colaboradora de la obra de Brochero, como él lo fue para la educación que las hermanas empezaron en Traslasierra". Consultado sobre las figuras que sin ser santas despiertan devoción popular, el prelado reconoció que "ya sea en Cuyo la Difunta Correa o en el Litoral el Gauchito Gil, han sido figuras legendarias y también iluminadoras del camino argentino, porque la historia de la religiosidad como la historia del buen comportamiento no está ligada solo a la historia científica sino también a las tradiciones que los pueblos han ido transmitiendo y cultivando". "Además de la devoción estrictamente como tal que merecen los beatos y los santos, hay una admiración que tiene su lugar en la vida cristiana y en la vida de los que caminan queriendo mirar buenos ejemplos, por eso hay también personas destacadas en la Argentina, en todos los siglos, que han sido admirables por su esfuerzo, su dedicación, su entrega, su pasión por grandes valores. Eso está muy cerca de lo estrictamente religioso pero también nos anima en la vida, porque los ejemplos los necesitamos, y por eso los proponemos y los estudiamos aunque no sean estrictamente con las condiciones que tiene un santo o un beato", detalló. Finalmente, monseñor Arancibia se refirió a la Virgen de Luján, que "encarna valores que el pueblo tiene realmente en su corazón y que no quiere perder", y al pontificado del papa Francisco, a quien mira "con mucha alegría y con mucha confianza, porque nos está brindando una misión, una tarea, un espíritu, un aire a la Iglesia que nos está haciendo mucho bien, así que lo miramos con mucha alegría y mucha esperanza y rezamos por él, para que Dios le dé salud y coraje para seguir en este tren".+