El Papa animó a la Iglesia Caldea en la reconstrucción espiritual y material de Irak

  • 5 de octubre, 2017
  • Ciudad del Vaticano
"Los exhorto a trabajar sin descanso como constructores de unidad, favoreciendo el diálogo y la colaboración entre todos los actores de la vida pública, para contribuir a facilitar el retorno de los desplazados y sanar las divisiones y oposiciones entre hermanos", expresó el papa Francisco este jueves 5 de octubre al recibir a los miembros del Sínodo de la Iglesia Caldea, que se celebra en Roma del 4 al 8 de octubre, encabezados por el patriarca, su beatitud Louis Raphaël Sako.
"Los exhorto a trabajar sin descanso como constructores de unidad, favoreciendo el diálogo y la colaboración entre todos los actores de la vida pública, para contribuir a facilitar el retorno de los desplazados y sanar las divisiones y oposiciones entre hermanos", expresó el papa Francisco este jueves 5 de octubre al recibir a los miembros del Sínodo de la Iglesia Caldea, que se celebra en Roma del 4 al 8 de octubre, encabezados por el patriarca, su beatitud Louis Raphaël Sako. El pontífice aprovechó para "saludar a los fieles de la amada tierra iraquí, duramente probados, compartiendo la esperanza por las noticias recientes que hablan de un regreso de la vida y de la actividad en regiones y ciudades hasta ahora sometidas a dolorosa y violenta opresión", dijo Francisco y agregó: "Que la misericordia de Dios pueda sanar las heridas de la guerra que plagan el corazón de vuestras comunidades, para que puedan finalmente recuperarse". Asimismo el pontífice, si bien se mostró consciente de que "terminó una página trágica para algunas regiones de su país", señaló que "todavía queda mucho por hacer". Sobre la situación actual de Irak, el Papa manifestó que "hay necesidad de un proceso de reconciliación nacional y de un esfuerzo conjunto de todos los componentes de la sociedad, para alcanzar soluciones compartidas por el bien de todo el país". Francisco animó a los miembros de la Iglesia Caldea a no decaer "los ánimos, la esperanza y los trabajos" en este sentido. "Desde la antigüedad, esa tierra, evangelizada según la tradición por el apóstol Tomás, se ha presentado al mundo como una tierra de civilización, tierra de encuentro y diálogo. Por lo tanto, es de suma importancia que los cristianos, pastores y fieles, fuertes de sus raíces, se unan para promover las relaciones respetuosas y el diálogo interreligioso entre todos los componentes del país", señaló el papa Francisco. El Papa, por otro lado, dio algunos consejos e indicaciones a la propia Iglesia con respecto "al declive de las vocaciones". Francisco aconsejó "evitar que entren en los seminarios personas que no fueron llamadas por el Señor; hace falta analizar muy bien la vocación de los jóvenes y verificar su autenticidad. De lo contrario, sería una hipoteca para la Iglesia", indicó el Papa. "¡Que los sacerdotes y seminaristas ?añadió el pontífice- sientan su cercanía, que es una verdadera bendición! Para los candidatos al sacerdocio, la formación sea integral, capaz de incluir los diversos aspectos de la vida, respondiendo armoniosamente a las cuatro dimensiones: humana, espiritual, pastoral e intelectual". Por último, el pontífice los instó a "hacer todo lo posible para que los deseos del Concilio Vaticano I encuentren realización", facilitando la comunión y la fraternidad con las comunidades de rito latino para dar a los fieles un buen testimonio sin prolongar divisiones y desacuerdos". "El diálogo ecuménico e interreligioso debe recomenzar siempre partiendo de nuestra unidad y comunión católica. En esto los ayudará la Congregación para las Iglesias Orientales", señaló el Papa al tiempo que les impartió su bendición apostólica.+