Las Fuerzas Armadas y de Seguridad peregrinaron a Luján

  • 29 de septiembre, 2017
  • Luján (Buenos Aires)
Acompañados por el obispo Castrense, monseñor Santiago Olivera, los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad peregrinaron el jueves 28 de septiembre a la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina y del obispado Castrense.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad llegaron este 28 de septiembre a Luján, en el marco de la XV Peregrinación al santuario de la patrona de la Argentina y del obispado Castrense. La misa en la basílica fue presidida por el obispo Castrense, monseñor Santiago Olivera. Concelebraron los presbíteros Gustavo Acuña, vicario general; Rodrigo Domínguez, vicario de Pastoral; los señores capellanes mayores de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, y sacerdotes del clero Castrense. Estuvieron presentes el intendente de Luján, Oscar Luciani; el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Teniente General VGM Bari del Valle Sosa y los jefes de los Estados Mayores Generales del Ejército, Teniente General Diego Suñer; de la Armada, Almirante Marcelo Srur y de Fuerza Aérea, Brigadier General VGM Enrique Amrein. Por las Fuerzas de Seguridad, participaron el director nacional de Gendarmería, Comandante General Gerardo José Otero y el prefecto nacional naval, Prefecto General Eduardo René Scarzello. En su primera peregrinación como obispo Castrense, monseñor Olivera compartió el pensamiento de los obispos latinoamericanos: "En las peregrinaciones, se puede reconocer al Pueblo de Dios en camino. Allí, el creyente celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de tantos hermanos, caminando juntos hacia Dios que los espera. Cristo mismo se hace peregrino, y camina resucitado entre nosotros". La decisión de partir hacia el santuario, señaló, "ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza, y la llegada es un encuentro de amor. La mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamente, es la mejor expresión de un corazón que ha renunciado a la autosuficiencia, reconociendo que solo nada puede", recordó. "Es en este Espíritu que queremos celebrar esta XV Peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Luján, patrona de nuestro obispado, patrona de nuestra diócesis", agregó el prelado, y llamó a renovar la oración por la Patria, suplicando una vez más "Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos, nos sentimos heridos y agobiados". "Y lo pedimos aquí en Luján, en la casa de la Madre. Ella con su ternura nos cobija y recibe", aseguró monseñor Olivera, y recordando las palabras del papa Francisco, invitó a contemplar a la Madre de Jesús: "Contemplemos este signo de contradicción, porque Jesús es el ganador, pero en la Cruz, en la Cruz. Es una contradicción que no se entiende? Es necesario tener fe para entender, al menos para acercarse a este misterio". "María, la mujer fuerte, queremos y vinimos a pedirte por nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad. Venimos a pedirte por la gran familia castrense, por sus dolores y alegrías, por los sufrimientos de muchos, por la soledad de otros, por el dolor y las injusticias", rogó el obispo. "Jesús, tu Cruz habla de triunfo y no de fracaso. Tomando nuestra cruz de cada día, y con la certeza de que María acompaña y sostiene, queremos pedirte que nos ayudes a valorar y construir con empeño perseverante la amistad social entre todos, desterrando desencuentros, odios, rencores y enfrentamientos y promoviendo la equidad y la justicia para todos. Somos testigos de que falta justicia para muchos", consideró el obispo Castrense, y pidió al Señor que nos ayude "a favorecer y cultivar la disposición al diálogo genuino en la verdad y el respeto entre personas y sectores, como camino indispensable en la búsqueda del bien común". "María Madre de Luján, mira a tu pueblo aquí presente. Vos que, al pie de la Cruz, experimentaste el dolor por la muerte de tu Hijo, te pedimos que abraces con ternura a cuantos esperan el consuelo de la verdad la justicia y la paz", concluyó.+