Pesar del Papa por la muerte del cardenal Murphy-O?Connor

  • 3 de septiembre, 2017
  • Ciudad del Vaticano
"Recordando con inmensa gratitud el distinguido servicio del difunto cardenal a la Iglesia de Inglaterra y Gales, su devoción inquebrantable a la predicación del Evangelio y al cuidado de los pobres, y su decidido compromiso con el avance del entendimiento ecuménico e interreligioso, me uno de buen grado a ustedes para encomendar su noble alma a las misericordias infinitas de Dios nuestro Padre celestial", escribió el papa Francisco en el telegrama de pésame por el fallecimiento, el viernes 1 de septiembre, a los 85 años, del cardenal Cormac Murphy-O?Connor, arzobispo emérito de Westminster (Reino Unido), enviado al cardenal Vincent Gerard Nichols, arzobispo de Westminster.
"Recordando con inmensa gratitud el distinguido servicio del difunto cardenal a la Iglesia de Inglaterra y Gales, su devoción inquebrantable a la predicación del Evangelio y al cuidado de los pobres, y su decidido compromiso con el avance del entendimiento ecuménico e interreligioso, me uno de buen grado a ustedes para encomendar su noble alma a las misericordias infinitas de Dios nuestro Padre celestial", escribió el papa Francisco en el telegrama de pésame por el fallecimiento, el viernes 1 de septiembre, a los 85 años, del cardenal Cormac Murphy-O?Connor, arzobispo emérito de Westminster (Reino Unido), enviado al cardenal Vincent Gerard Nichols, arzobispo de Westminster. "A todos los que lloran su fallecimiento, en la segura esperanza de la resurrección, imparto cordialmente mi bendición apostólica como prenda de consolación y fortaleza en el Señor", concluyó el Santo Padre su telegrama. El cardenal Murphy-O´Connor se convirtió en el décimo arzobispo de Westminster en marzo de 2000 y por lo tanto en líder de la Iglesia Católica Romana en Inglaterra y Gales. En 2009 presentó su renuncia. Nacido el 24 de agosto de 1932 en Reading, Berkshire, el cardenal Murphy-O´Connor fue uno de los seis niños de la familia O´Connor. Dos de sus hermanos también fueron sacerdotes mientras otro jugaba rugby para Irlanda. Fue ordenado sacerdote en Roma en octubre de 1956 y creado cardenal en 2001 por el papa San Juan Pablo II. El arzobispo de Westminster, cardenal Vincent Nichols, había convocado a los fieles a rezar por la salud del purpurado, desde el mes pasado, cuando su enfermedad empeoró. En su último mensaje, el cardenal Murphy-O´Connor escribió al cardenal Nichols, diciendo: "Estoy en paz y no tengo miedo de lo que está por venir. He recibido muchas bendiciones en mi vida, especialmente de mi familia y amigos. ´Amor genuino´" En declaraciones a la BBC, el cardenal Nichols afirmó que lo que perdurará de él en nuestra memoria será su "risa y alegría en la vida, la música y el deporte y en la compañía y en tener una buena charla. Estoy seguro de que el cielo sonará con su risa", expresó. Por su pare el arzobispo anglicano de Canterbury, el reverendo Justin Welby, dijo en una declaración que la "humildad, sentido y santidad del cardenal Murphy-O´Connor lo convirtieron en un líder de la Iglesia de inmenso impacto". "Era un gran conversador y narrador, divertido, pero siempre con un propósito, sus palabras y su vida atraían a la gente a Dios". "Su calor afectuoso, su preocupación pastoral y su genuino amor por los que están a su cuidado se perderán, pero también se celebrará con agradecimiento, que descanse en paz y se eleve en gloria". El tiempo del cardenal Murphy-O´Connor con la Iglesia no pasó sin su controversia. Mientras era obispo de Arundel y Brighton, se supo que un sacerdote de la diócesis abusaba de los niños. Después de buscar consejo, el cardenal Murphy-O´Connor trasladó a Michael Hill para ser capellán en el aeropuerto de Gatwick, pero Hill abusó de más niños y fue enviado a prisión en 1997. El cardenal Murphy-O´Connor dijo más tarde que la manera en que manejó las cosas fue "vergonzoso" y creó un comité independiente para revisar las prácticas de protección infantil en la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales. El ex primer ministro Tony Blair, quien se convirtió al catolicismo en 2007 cuando dejó el cargo, también tributó su propio homenaje al purpurado fallecido, al que se le atribuyó que desempeñó un papel en su conversión. Blair afirmó que el cardenal era un "anuncio maravilloso" para el cristianismo y la Iglesia católica. Llevó una vida de compromiso, dedicación y compasión, pero también llevó una vida de alegría". "Era una persona encantadora para estar con él porque tenía un gran sentido del humor y el más agudo de los ingenios. Lo encontré siempre una fuente de la sabiduría y de la amistad genuina."+