Morón celebró la Asunción de María en clave misionera

  • 23 de agosto, 2017
  • Morón (Buenos Aires)
En el marco de las fiestas patronales de la capilla Nuestra Señora de la Asunción, del barrio Carlos Gardel de Morón, la comunidad recibió, del 18 al 20 de agosto, el gesto misionero de la Región Buenos Aires. Participaron de la actividad misioneros de diferentes diócesis y de la comunidad.
La comunidad de fieles de la capilla Nuestra Señora de la Asunción, del barrio Carlos Gardel, en la diócesis de Morón, celebró las fiestas patronales en honor de la Virgen y recibió además el gesto misionero de la Región Buenos Aires. Participaron el obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, el obispo auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Martín Torres Carbonell, el presbítero Rodrigo Vera y el diácono Ernesto Puca, de la unidad pastoral que atiende la zona; el presbítero Silvio Rocha, delegado de Animación Misionera y el presbítero Pablo Aguilar, de la parroquia Santos Ángeles Custodios, de Ituzaingó, junto con seminaristas y misioneros de la diócesis de Morón y diócesis vecinas. Entre los testimonios de quienes participaron de la misión, se destaca la opinión de Mario, misionero de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de Ituzaingó, quien consideró que "los misioneros eran los misionados", por los diferentes testimonios que pudieron escuchar en los hogares del barrio. "Nos encontramos como misioneros reunidos con los residentes del barrio. Pudimos compartir entre nosotros y con la comunidad. Quienes hemos venido de visita, terminamos sintiendo este lugar como nuestra casa", resumió el presbítero Rocha. El delegado para la Animación Misionera subrayó que a veces cuesta compartir la fe con la propia comunidad, con la propia familia, como le costó a Jesús. "Pero así y todo, aunque les costaba creer en Él, Jesús igual les anunció la buena noticia. Debemos obrar del mismo modo en la dificultad, debemos anunciar la fe, anunciar que Dios está con nosotros y no nos abandona", sostuvo. También destacó que durante el gesto sucedió el milagro como en los tiempos de Cristo, de que Dios nos reúne como una gran familia: "Tenemos en ocasiones muchos motivos para distanciarnos y por momentos, el mundo hace que nos alejemos. Se crean divisiones, grietas. ¿Cómo hacemos para unirnos y juntarnos? Ahí está Jesús, Él se hace puente para unirnos y María, nuestra Madre, sostiene esa invitación. Jesús es un puente de amor, perdón y misericordia. Él nos ama y perdona porque somos sus hermanos, nos tiene misericordia porque somos débiles. Como Él, seamos misericordiosos y pongámonos a la altura del otro en lo que necesita. Jesús señala que hoy se cumplió esa escritura en la que se abren los corazones, se perdona, se libera. Y nosotros hoy, aquí, sentimos que ha ocurrido así", afirmó. "Un compromiso más grande con la vida" Durante la misa de cierre, monseñor Vázquez recordó que como la Virgen salió a visitar, "salimos a saludar y acompañar y a animar a la gente". Ante todo, dijo monseñor Vázquez, a María "la tenemos que felicitar, la queremos aplaudir, porque hoy María alcanza la plenitud total. "Ella lo acompañó siempre a Jesús. Caminó su vida. Su vida es camino junto a Jesús. Desde la humildad, desde el servicio, desde la fe... La fe que a veces es caminar un poquito a oscuras, desde la esperanza. Su vida se fue transfigurando hasta llegar a esta belleza enorme, a esta vida plena que tenemos en la imagen de la Asunción, en cuerpo y alma", explicó el obispo de Morón. Asimismo, pidió a la Virgen "que nos ayude a entender este camino como hizo ella, María Reina, María Exaltada. Pero no las imágenes de exaltación y de apariencia que hay en el mundo, no esa apariencia del famoso, del que vende imagen. María no vende imagen. María es toda llena de gracia, transfigurada por la gracia en una belleza enorme que tanto necesitamos." Con María, monseñor Vázquez pidió recordar que el camino de Dios es el camino de la felicidad plena que alcanzaremos en la casa del padre. "María ya está allí, nosotros vamos caminando. Y lo hacemos con esperanza, porque el camino ya está hecho, el destino es ese, no es la muerte. Si todo termina en la muerte triunfa la injusticia, la corrupción, esas son formas de muerte. Nosotros somos felices cuando apostamos por la vida. Lo que queremos hacer hoy es pedirle a la Virgen un compromiso más grande con la vida, saber que ser santos es ser felices". "Feliz de ti porque creíste. La felicidad grande está en la santidad, está en el camino de fe, de esperanza y de amor", concluyó. Finalizada la celebración de la Eucaristía, hubo una procesión por el barrio, que dio cierre a tres días de anuncio, de misión, de alegría, junto con María y con los hermanos de las diócesis de la región Buenos Aires. Entre los festejos y las actividades que se desarrollaron el domingo, algunos niños y jóvenes de la comunidad pintaron un mural en el frente de la capilla, coordinados por la muralista Luciana Iasil y acompañados por los sacerdotes presentes.+