Mons. Marino al despedirse: "Hasta el final llevaré esta diócesis en mi corazón"

  • 19 de agosto, 2017
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
Una multitud de fieles se congregó en la catedral de Mar del Plata para despedir al obispo, ahora emérito, monseñor Antonio Marino, en una misa que se celebró esta tarde. "Hasta el final llevaré esta diócesis en mi corazón", aseguró el prelado, que fue saludado por sacerdotes, laicos, religiosos, consagrados y obispos.
"Dejo el gobierno pero no dejo de ser obispo", expresó el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, en la misa de despedida de su tarea pastoral como obispo diocesano. "Hasta el final llevaré esta diócesis en mi corazón", prometió. La misa fue celebrada hoy, sábado 19 de agosto, en la catedral de los santos Pedro y Cecilia, a las 16.30, presidida por monseñor Marino y concelebrada por el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, y por el arzobispo titular de Bolsena y ex arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Horacio Zecca. El templo estuvo colmado de fieles, sacerdotes y consagrados que se hicieron presentes para acompañar a quien fue su pastor por más de seis años. "Tiempo relativamente breve si lo medimos con el calendario y el reloj, pero espiritualmente muy intenso, computado desde el corazón y la sinceridad de la entrega", aseguró monseñor Marino. El obispo emérito agradeció a Dios y también a los hombres, "que son sus instrumentos", y mencionó a los sacerdotes, laicos, diáconos, consagradas, seminaristas, catequistas y a todos los que colaboran con la Iglesia marplatense. También habló de su vicario general, ahora nuevo obispo diocesano, monseñor Gabriel Mestre, quien recibirá su ordenación episcopal el próximo sábado 26 de agosto. "Le reconozco su fiel y valiosa colaboración y el trabajo responsable. Invito a todos a rezar por él y a preparar este gran acontecimiento con espíritu de fe y de amor a la Iglesia", animó el prelado. Finalmente, concluyó: "Aspiro a no ser un simple pensionado episcopal. Por el contrario, siguiendo las orientaciones de la Iglesia, buscaré con humildad mi nuevo cauce para seguir expresando este ´oficio de amor´ que me fue conferido y que espero continuar hasta la muerte". Al finalizar la celebración, algunas personas de la comunidad dirigieron unas palabras de agradecimiento al obispo emérito: el padre Arturo Pessagno en representación de los religiosos; Mauricio Gil de Muro, por los laicos, y el presbítero Walter Pereyra por los sacerdotes diocesanos. + » Texto completo de la homilía [img]http://www.aica.org/subidas/2787.jpg[/img]