La Iglesia católica en Ucrania vive una primavera

  • 27 de julio, 2017
  • Lviv (Ucrania)
La Iglesia católica en Ucrania es poco conocida en Occidente. Mientras la atención de los medios se concentra en el conflicto con Rusia, Ucrania exhibe una gran vitalidad eclesial, tanto en la Iglesia Greco Católica como en la de Rito Latino, ambas perseguidas por el régimen comunista de la Unión Soviética. En una entrevista con la agencia católica polaca KAI, el arzobispo de Lviv de los latinos, Mons. Mieczyslaw Mokrzycki, destacó la vitalidad de la Iglesia local: "La Iglesia católica en Ucrania -afirmó- aún está experimentando la primavera".
La Iglesia católica en Ucrania es poco conocida en Occidente. Mientras la atención de los medios de comunicación se concentra sobre el conflicto registrado en el país y sus tensiones diplomáticas con Rusia, Ucrania exhibe una particular vitalidad eclesial, tanto en la Iglesia Greco Católica Ucraniana como en la Iglesia Católica de Rito Latino, ambas perseguidas durante el régimen comunista de la Unión Soviética. En una entrevista con la agencia católica polaca de noticias KAI, el arzobispo de Lviv de los latinos, monseñor Mieczyslaw Mokrzycki, destacó la vitalidad de la Iglesia local: "La Iglesia católica en Ucrania -afirmó- todavía está experimentando la primavera". El prelado recordó la reciente celebración de los 25 años de la restauración de las estructuras de la Iglesia Católica de rito latino en Ucrania tras la caída del comunismo. "Empezamos casi desde cero. Mi predecesor, el cardenal Marian Jaworski, cuando inició su gobierno pastoral en 1991, se encontró con sólo 8 sacerdotes y 12 templos en actividad", describió. "Actualmente, en la arquidiócesis de Lviv tenemos unos 250.000 fieles, 312 templos, 110 parroquias y trabajan en ellos 201 sacerdotes diocesanos y religiosos, entre ellos 50 polacos". Este rápido crecimiento fue identificado con la primavera de la Iglesia local, un "proceso de renacimiento continuo" en el que cada año se ordenan sacerdotes, se consagran religiosos y se abren nuevas parroquias. "Aunque muchos de los fieles, debido a la difícil situación en Ucrania, emigran a Occidente, en las iglesias no disminuyen los feligreses", indicó. Monseñor Mokrzycki celebró que en la Semana Santa de este año se congregó mucha más gente en los templos que en años anteriores pese a que la Pascua se celebró en la misma fecha que en la Iglesia católica de rito oriental, lo que confirma la identidad de los católicos de rito latino. "Tanto la misa como la participación en los sacramentos son muy importantes para estas personas y puedo afirmar que el 90 por ciento de nuestros fieles va a la iglesia los domingos". El prelado explicó que debido a la relativa juventud de la Iglesia latina en Ucrania, no existe brecha generacional entre los fieles y los jóvenes se integran de manera decidida, por lo que la Iglesia se esfuerza en darles un lugar propio y un espacio de trabajo en el apostolado. El arzobispo reveló que aún quedan por superar obstáculos como la restitución de algunos templos de rito latino confiscados por la Unión Soviética y restituidos a la Iglesia de rito oriental, y la escasez de sacerdotes en las regiones orientales del país. Sin embargo, "en relación con el número de feligreses, tenemos más vocaciones que en Polonia". La Iglesia también trabaja para socorrer a los necesitados, en aumento por las consecuencias de la guerra que trajo desempleo y aumento de los costos de vida. Los pobres y enfermos son asistidos a través de Cáritas y las órdenes religiosas. "Hoy en día, en la misma Curia compramos 150 cenas para los pobres y sin hogar, lo que significa que las necesidades son muy grandes", relató. "En la mayoría de las parroquias se distribuye comida, ropa y artículos de limpieza". La Iglesia también promueve activamente la devoción a la Santísima Virgen y celebró el centenario de Nuestra Señora de Fátima, una advocación prohibida en el país. "El culto de la Virgen de Fátima en la Iglesia en Ucrania no estaba muy extendido, ya que, como Nuestra Señora habló allí sobre Rusia, las autoridades soviéticas hicieron todo lo posible para que esta información no llegara aquí", explicó monseñor Mokrzycki. En las celebraciones participó el Nuncio Apostólico, Mons. Claudio Gugerotti y la procesión por las calles convocó a "mucha gente, tres veces más que el año pasado".+