Serbios y Croatas estudiaron juntos aspectos históricos del cardenal Stepinac

  • 13 de julio, 2017
  • Ciudad del Vaticano
Bajo la presidencia del sacerdote francés Bernardo Ardura, canónigo regular premostratense, presidente del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, tuvo lugar, en el Vaticano, los días 12 y 13 de julio, la sexta y última reunión de la Comisión mixta de expertos croatas católicos y serbios ortodoxos para una relectura en común de la vida del beato cardenal Aloysius (en croata Alojzije) Stepinac, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de responder a la exigencia de clarificar algunas cuestiones de la historia.
Bajo la presidencia del sacerdote francés Bernardo Ardura, canónigo regular premostratense, presidente del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, tuvo lugar, en el Vaticano, los días 12 y 13 de julio, la sexta y última reunión de la Comisión mixta de expertos croatas católicos y serbios ortodoxos para una relectura en común de la vida del beato cardenal Aloysius (en croata Alojzije) Stepinac, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de responder a la exigencia de clarificar algunas cuestiones de la historia. La comisión fue encargada de "llevar a cabo un trabajo científico, siguiendo el método de las ciencias históricas, basado en la documentación disponible y su contextualización". Su finalidad es esclarecer a través de una lectura histórico-científica los puntos que pueden ser considerados controvertidos, de modo que una futura canonización del arzobispo de Zagreb no sea objeto de discordia entre serbios y croatas. Participaron de la reunión por parte de la Conferencia Episcopal de Croacia el cardenal Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb; monseñor Antun ekvorcevic, obispo de Požega; monseñor Ratko Peric, obispo de Mostar-Duvno, y los profesores Jure Krišto y Mario Jareb, del Instituto Croata de Historia. Del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Serbia estuvieron presentes el arzobispo Amfilohije, metropolitano de Montenegro y del Litoral; el arzobispo Porfirije, metropolitano de Zagreb y de Liubliana; monseñor Irineo, obispo de Novi Sad y de Backa; monseñor Jovan, obispo de Pakrac y de Eslavonia, y el profesor Darko Tanaskovic, representante de Serbia en la Unesco. La comisión emitió un comunicado al final de sus trabajos en los que agradecen "el ambiente cordial en el que, con plena libertad de expresión, pudieron cumplir el mandato confiado a la Comisión". Asimismo señalaron que "eran conscientes, desde el principio de los trabajos, de que el proceso de canonización del cardenal Stepinac es competencia exclusiva del Papa. También reconocen que cada Iglesia tiene sus propios criterios para proceder a la canonización". Por otra parte los miembros de la Comisión reconocieron también que su trabajo permitió una mejor comprensión de la historia de los años entre la Primera Guerra Mundial y 1960, año de la muerte del cardenal Stepinac y se pudo ilustrar "la vida y el ministerio de un obispo católico importante en un período particularmente problemático de la historia". La comisión explicó en su comunicado final que "se llegó a la conclusión de que varios acontecimientos, intervenciones, escritos, silencios y tomas de posición siguen siendo objeto de diversas interpretaciones. En el caso del cardenal Stepinac, las interpretaciones predominantes dadas, respectivamente, por los croatas católicos y serbios ortodoxos siguen siendo divergentes". Por último señalan que "el estudio de la vida del cardenal Stepinac enseñó que todas las Iglesias a lo largo de la historia han sufrido cruelmente varias persecuciones y tienen sus mártires y confesores de la fe. En este sentido, los miembros de la Comisión se pusieron de acuerdo sobre la posibilidad de cooperación en el futuro, de cara a una obra común, para compartir la memoria de los mártires y confesores de las dos Iglesias". Tras la invasión de Yugoslavia por los comunistas y la instauración del régimen comunista de Tito (Josip Broz), Stepinac, que era el arzobispo de Zagreb desde 1937, fue declarado culpable de colaborar con el nazismo y condenado a 16 años de prisión, donde fue cruelmente torturado. Después de 5 años, en 1951 fue puesto en libertad y confinado en su parroquia natal de Krašic, donde, a consecuencia de una enfermedad contraída por la radiación de las torturas, murió un tiempo después. Al año siguiente (1952) el papa Pío XII lo nombró cardenal. En 1998, el papa Juan Pablo II lo declaró "beato mártir". Ahora está en marcha el proceso de canonización. +