"Pidamos con ardiente deseo que el Espíritu llene nuestra vida y nos haga ser testigos alegres y valientes de Jesús; en todas partes, allí donde estemos, en cualquier momento y en todo lugar", animó el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, en un videomensaje por la solemnidad de Pentecostés.
"Pidamos con ardiente deseo que el Espíritu llene nuestra vida y nos haga ser testigos alegres y valientes de Jesús; en todas partes, allí donde estemos, en cualquier momento y en todo lugar", animó el arzobispo de
Rosario, monseñor
Eduardo Eliseo Martín, en un videomensaje por la solemnidad de Pentecostés.
"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban", recordó.
"Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse", agregó.
Monseñor Martín detalló que "había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo".+