Las resurrección de Lázaro, anticipo de la resurrección de Jesús

  • 2 de abril, 2020
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
Reflexiones sobre el Evangelio del 5° domingo de Cuaresma, donde se narra el episodio en el que Jesús devuelve la vida a su amigo Lázaro

Al compartir sus reflexiones sobre el Evangelio del quinto domingo de Cuaresma, donde se narra el episodio en el que Jesús devuelve la vida a su amigo Lázaro, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, afirmó que la resurrección de Lázaro es el anticipo de la resurrección de Jesús.

"Cristo -añadió- vino a resolver dos enigmas tremendos, letales: el pecado y la muerte. El pecado ya puede ser perdonado y la muerte ya no tiene la última palabra. La oscuridad, las tinieblas, las sombras, siempre se ven sostenidas por la luz; cuando entra la luz se disipan las sombras y desaparecen las oscuridades".

"Al darle la resurrección a Lázaro -prosiguió explicando monseñor Frassia-, Cristo nos está anticipando que también nosotros vamos a vivir como resucitados. Y nosotros creemos no en palabras de hombres sino en la Palabra de Él, que dijo: 'yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy la resurrección y la vida, quien cree en mí aunque muera vivirá'; por eso nosotros creemos que Jesús es la vida".

"¡Cuántas cosas hay en la vida! ¡Y cuántas cosas no tienen vida!: la envidia, el odio, la injusticia, la mentira, la delincuencia, la droga, la corrupción; las cosas que se quieren hacerlas pasar como si fueran normales, como la supresión de una vida en el seno materno, el aborto; ¡cuántas cosas no tienen vida!, ¡y cuántas cosas son vida!", exclamó.

"Hay que prepararse para la vida eterna que se amasa acá en la tierra. Que tengamos obras de vida. Que seamos testimonio de vida. Que con nuestra vida corroboremos lo que creemos, decimos y profesamos. Jesús es nuestra vida, no la perdamos porque perderla es entrar en la oscuridad", concluyó monseñor Frassia.+