Mons. Buenanueva: "La sangre y las lágrimas trascienden las posiciones políticas".

  • 27 de marzo, 2017
  • San Francisco (Córdoba)
Al cumplirse un nuevo aniversario del último golpe de Estado en la Argentina, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco, reflexionó este 24 de marzo sobre la violencia política y su legitimación en la sociedad.
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, compartió el 24 de marzo sus reflexiones con motivo de cumplirse el 41º aniversario del último golpe de Estado en la Argentina. El obispo cuestionó: "¿Cómo pudimos llegar a ese extremo de violencia? ¿Qué condiciones la hicieron posible? ¿Qué grado de legitimación ha tenido la violencia política en la sociedad argentina? ¿Hemos purificado nuestra memoria de tal forma que hayamos removido las oscuras razones del odio que justifican la eliminación violenta del otro? ¿Podemos garantizarles a las próximas generaciones de argentinos que hemos hecho todo lo posible para asegurarles una forma distinta de resolver los inevitables conflictos sociales que enfrentarán como ciudadanos?". Enfocado en sus recuerdos, monseñor Buenanueva explicó que sus preguntas son "interrogantes humanos y éticos de los más graves que tenemos como sociedad" y como Iglesia que "ha sido, en toda su compleja diversidad, sujeto activo de esta historia dramática". Al referirse al "extremo" de la violencia, señala el obispo "la malicia objetiva del terrorismo de Estado que, contrariando su esencia y misión, se volvió contra los ciudadanos a los que tenía que proteger, haciendo lugar a las formas más infames de agresión contra la dignidad de la persona", y admitió que "este juicio no admite ninguna forma de minusvaloración". Sus afirmaciones no desconocen, sin embargo, la valoración negativa "de las otras formas de violencia que se entrelazaron en aquellos años oscuros". "Eso sí, creo que, cada vez más, este juicio ético se nutre de una comprensión más acabada de las circunstancias, los hechos, las ideas y las pasiones que hicieron posible la emergencia de esa forma de mal. Tendremos que seguir escuchando, investigando y pensando para comprender lo que nos pasó y conjurar peligros latentes de desbarrancar de esa forma", continuó, y aseguró que el límite es la posibilidad de "escuchar el dolor de las víctimas y sus deudos", ya que "la sangre y las lágrimas trascienden las posiciones políticas". La política, concluyó el obispo, es un medio, no un fin. Es "servicio", como insiste el papa Francisco. "El fin siempre son las personas", agregó, y por eso es decisivo "que logremos ser capaces de reconocernos como semejantes", para poder seguir diciendo "¡Nunca más!". + Texto completo de la reflexión