Mons. Marino a las consagradas: "El tiempo de cuaresma nos invita a descubrir un camino de libertad"

  • 8 de marzo, 2017
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
En ocasión del comienzo de la Cuaresma, durante un encuentro que el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, mantuvo con las consagradas de la diócesis, reflexionó sobre este tiempo litúrgico, que consideró "de conversión y de gracia", en preparación para la fiesta mayor de los cristianos: La Pascua.
Monseñor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata, se reunió el sábado 4 de marzo con las consagradas de la diócesis. Durante el encuentro, que tuvo lugar en el Colegio Santa Cecilia, compartió una reflexión sobre el tiempo de Cuaresma. Al respecto, el prelado recordó que "en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo se resume lo central de nuestra fe". En la Pascua, sostuvo, Dios Padre "nos revela la medida de su amor, enviando al hijo. Nos lo entrega". De este modo, Dios nos hace miembros de su familia. "Gracias al acontecimiento pascual, nos adentramos en el misterio de la vida íntima de Dios, en el misterio del Padre. Dios es eternamente Padre. Padre eterno de un Hijo eterno, que es Dios como Él, desde el principio sin principio, antes que nada existiera", explicó el obispo, y destacó que el amor eterno que los une "es también una Persona divina, es también Dios: el Espíritu Santo, que nos ha sido dado". "Por tanto, el misterio pascual que nos lleva a descubrir el misterio de la Trinidad, nos lleva igualmente a descubrir nuestro propio misterio", afirmó monseñor Marino. Para obtener abundantes frutos espirituales, aseguró, la Iglesia nos enseña cómo debemos vivir este tiempo, estos cuarenta días, según la historia, inspirados en la estadía de Jesús en el desierto. En la actualidad, el tiempo de Cuaresma se extiende desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, exclusive. Respecto a la ceniza, el obispo explicó que es el símbolo de penitencia, que viene de una tradición desde mucho antes de que ese miércoles fuera considerado el comienzo de la Cuaresma. Invita a la conversión y a la conciencia del pecado. En cuanto a la espiritualidad, en los 40 días de Cuaresma el Señor nos pone a prueba para conocer el fondo de nuestro corazón y ver si somos capaces de guardar sus mandamientos. "Pero la palabra ?Cuaresma? evoca también los cuarenta días de Jesús en el desierto de Judea, que a su vez recuerdan y recapitulan los cuarenta años que Israel transcurrió en el desierto del Sinaí, desde la salida de la esclavitud de Egipto hasta su ingreso en la tierra prometida", detalló el prelado: "Allí donde Israel sucumbió con frecuencia a la tentación, Cristo triunfó en lugar nuestro, dejándonos ejemplo y remedio", agregó. La Cuaresma, afirmó monseñor Marino, "debe caracterizarse como un ejercicio de libertad que se implora y se experimenta bajo el auxilio de la gracia de nuestro Salvador. Sólo Él puede liberarnos de nuestras esclavitudes internas". "En este tiempo, guiados por la luz de la palabra divina, se intensifica en nosotros la conciencia de la necesidad de nuestra conversión a Dios. Las lecturas y oraciones nos invitan a volver a Dios, a hacer penitencia por nuestros pecados y a pedir perdón", añadió. "El pecado es el origen profundo de todo mal, de toda esclavitud y de todo desorden que encontramos en el mundo de los hombres. Dice Jesús: ?Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado?", advirtió el prelado. "El tiempo de Cuaresma nos invita a descubrir un camino de libertad. Ha de ser un período de conversión a Dios que debe caracterizarse por un esfuerzo consciente de oración perseverante, de renuncia voluntaria a gustos legítimos, y de una atención más esmerada a las obras de caridad. Este programa está resumido en tres palabras que significan la referencia a Dios, a nosotros mismos y al prójimo: oración, ayuno y limosna", enfatizó. Para finalizar, el prelado recordó: "Las cosas urgentes, que es necesario atender, no deben distraernos de ?la única cosa necesaria?", y sostuvo que el encuentro con Dios en Cristo, bajo la luz del Espíritu, nos llevará a un conocimiento mayor de aquellos aspectos de nuestra conducta sobre los cuales debemos ejercer mayor vigilancia. + Texto completo de la reflexión