Con un acto cívico religioso recordaron los 343 años del martirio del padre Nicolás Mascardi y del resto de los sacerdotes que ofrendaron su vida en la misión del Nahuel Huapi, en San Carlos de Bariloche. El acontecimiento se enmarcó en la XIII Peregrinación Náutica, que se postergó para el 12 de noviembre, fecha en la que conmemorarán los 300 años de la destrucción total de la Misión.
Con motivo de los 343 años del martirio del padre Nicolás Mascardi y el resto de los sacerdotes que ofrendaron su vida en la misión del Nahuel Huapi, se realizó una ceremonia cívica religiosa el domingo 5 de marzo en la catedral de San Carlos de Bariloche.
La ceremonia fue presidida por el obispo de
San Carlos de Bariloche, monseñor
Juan José Chaparro CMF, junto con el presbítero Pascual Bernik, y contó con la presencia de una imagen de Nuestra Señora del Nahuel Huapi, patrona de la catedral y de la ciudad. También estuvo presente la banda de la Escuela Militar de Montaña, que ejecutó diversas canciones religiosas, además del himno nacional.
"La historia que recordamos hoy tiene que ver con las raíces de Bariloche y del Evangelio en la Patagonia", expresó el presbítero Bernik. "Es el testimonio de gente que dio la vida, que vino a compartir una cultura y, en el caso de Mascardi, vino a traer a un pueblo liberado, como eran los poyas que estaban esclavizados en Chiloé. Por eso, Mascardi está en las raíces de la historia de esta zona", aseguró.
Además, recordó a otros padres jesuitas que dieron su vida como el padre Juan José Guillelmo SJ, padre Felipe Laguna SJ y el padre Elguea. "Este acto tiene como objetivo recuperar la memoria de la misión Nahuel Huapi porque fue gente que vino, no a llevar esclavos ni a buscar oro ni tierras, sino a respetar la cultura", añadió.
El acontecimiento se enmarcó en la XIII Peregrinación Náutica, que se postergó para el 12 de noviembre, fecha en la que se van a conmemorar los 300 años de la destrucción total de la Misión, y se contará con la presencia de peregrinos de la parroquia de Achao (Chiloé), que son custodios de la histórica imagen de la Virgen que estuvo entronizada en la Misión.
La Misión del Nahuel Huapi (1670 - 1717) fue la primera señal de evangelización permanente en la región de la Patagonia argentina y su objetivo fue rescatar de la esclavitud y trabajo forzado a gente del pueblo originario Poya, traerla de regreso a su tierra, y devolverle su dignidad y cultura.
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Padre Nicolás Mascardi
Nicolás Mascardi nació en Roma el 30 de septiembre de 1625. Su primer destino fue la Misión de Buena Esperanza, próxima a Concepción y Chillán. En Chiloé había liberado de la esclavitud a un grupo de poyas. El sacerdote jesuita estableció reciprocidad con los indígenas, pidiendo a la corona de España la abolición de la esclavitud. Logró convertir al cristianismo a poyas y puelches.
Luego de cuatro años de pacientes y laboriosas gestiones, Mascardi obtuvo del gobernador de Chiloé la libertad de los cautivos. En 1669, terminada su rectoría, se dispuso a cruzar la cordillera para llevar los auxilios de la religión a los Césares y en el trayecto evangelizar a los poyas.
Entre los cautivos estaba la india Huageluen (Estrella), que se hacía llamar reina pero que en realidad era esposa de un importante cacique. Agradecida con Mascardi le prometió ponerlo en contacto con los Césares. No cumplió su promesa, pero lo ayudó en su empresa evangelizadora.
Obtenido el permiso del provincial de la Orden, gobernador Cosme Cisternas Carrillo, y del virrey del Perú, conde de Lemos, Mascardi reunió los víveres y demás implementos pidiendo limosna a los vecinos. Acompañado por los indios redimidos, sin español alguno salvo un niño que lo ayudaba a oficiar misa, caminó el cruce de la cordillera. Los indios de Nahuel Huapi, avisados por un mensajero, lo esperaban al pie de la cordillera con balsas y canoas.
Mascardi llegó a Nahuel Huapi a fines de 1670 y levantó su misión, una pequeña capilla y un miserable rancho, en la margen norte del lago, en el actual puerto Huemul, en la península homónima.
El virrey del Perú, conde de Lemos, muy entusiasmado con las noticias que le daba el padre Mascardi, le envió doscientos ducados de plata, unas medallas del mismo metal, estampas de Nuestra Señora de los Desamparados -de quien era muy devoto- y una bella imagen de la Purísima que el misionero colocó en su humilde capilla y tomó como patrona de su misión. Por esta razón se conocía la misión con el nombre de Nuestra Señora del Nahuel Huapi.
Su deseo de llegar a los Césares lo impulsó a emprender cuatro viajes al interior de la Patagonia. Por la deficiente documentación es muy difícil reconstruir sus itinerarios y aún hay autores que dudan de su realización. Es posible que haya alcanzado el lago Muster y las proximidades de los puertos de Santa Cruz o Deseado.
La triste noticia del martirio llegó a la Misión por boca de uno de los acompañantes del sacerdote, un indio poya que había podido huir no sin antes efectuar la piadosa acción de enterrar el cadáver en unos arenales.
Entonces los indios se acordaron que antes de emprender el viaje el padre Mascardi les había confiado una carta para las autoridades de Chile. En ella declaraba la inocencia de los indios de Nahuel Huapi y les rogaba que cuando se presentaran no se les hiciera cargos por su muerte.
Fueron muchos los sacerdotes que, siguiendo el camino abierto por Nicolás Mascardi, llegaron para evangelizar a los pobladores de Nahuel Huapi. Entre ellos, otros jesuitas impulsados por el afán que los llevó a ocupar un sitial destacado entre los misioneros junto a los salesianos. (Con datos de Crónica Histórica del lago Nahuel Huapi, de Juan Martín Biedma).
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