Recordarán a María Cecilia Perrín de Buide, que murió para salvar a su hija

  • 27 de febrero, 2017
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
Con motivo del 32º aniversario del fallecimiento de la Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide, la mujer argentina que tras diagnosticársele cáncer ofreció su vida para salvar a su hija en gestación, se celebrará una misa en la catedral de Bahía Blanca el 1º de marzo, a las 19.
A 30 años del fallecimiento de la Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide, la mujer argentina que tras diagnosticársele cáncer ofreció su vida para salvar a su hija en gestación, será conmemorada con una celebración eucarística el 1º de marzo a las 19, en la catedral de Bahía Blanca. En octubre de 2016, concluyó la fase diocesana de la causa de beatificación. En esa ocasión, el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti, destacó la importancia de ese momento "para la Iglesia y el Movimiento de los Focolares (al que ella pertenecía)", y pidió "que por la oración de todos y por intercesión de María Cecilia Perrín de Buide, Dios vaya también haciendo posible algún milagro". La biografía de la joven María Cecilia Perrín nació en Punta Alta, provincia de Buenos Aires, el 22 de febrero de 1957, hija de Angelita y Manuel Perrín. Fue la tercera de cinco hermanos: María Inés y Jorge, los mayores; Eduardo y Teresa, los menores. Estudió en el Instituto Canossiano Sagrado Corazón, donde también dejó fuertes testimonios de santidad entre sus compañeras. El ámbito familiar en el cual se desenvuelve la vida de la joven Cecilia es de profundas raíces cristianas. En su familia, caló muy profundamente la espiritualidad de Chiara Lubich: fueron de las primeras familias que adhirieron al Movimiento de los Focolares en Punta Alta y Cecilia una de las primeras "gen". El 20 de mayo de 1983, luego de dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio con Luis Buide. En febrero de 1984, embarazada, se le diagnosticó cáncer. Tomó la firme decisión de aceptar la voluntad de Dios y se apoyó en cuatro pilares: su profunda fe, su amor a "Jesús Abandonado", el afecto de su esposo, familiares y amigos; y la fuerza de la unidad con quienes compartían su ideal de vida. El diagnóstico era irreversible. No obstante, había una gran alegría por la ilusión de la nueva vida que llegaría. Los médicos consideran realizar un "aborto terapéutico" para salvar la vida de Cecilia. Ella se negó rotundamente y, sabiendo que era imposible su supervivencia luego de dar a luz, pronuncia su ?sí? con serenidad y claridad al Señor. Ella escribe: "Hoy le pude decir a Jesús que sí. Que creo en su amor más allá de todo y que todo es amor de Él. Que me entrego a Él". El 1º de marzo de 1985, con 28 años, falleció. Sus restos mortales descansan en la Mariápolis Lía en O´Higgins, Buenos Aires, por expreso pedido de ella, para que aquellos que la fueran a ver, encontraran un lugar de alegría y esperanza y no de muerte y desolación. Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas han hecho que se comience su causa de canonización. El 10 de noviembre de 2005, la Santa Sede la declaró sierva de Dios, dando el consentimiento para que se inicie su causa de beatificación y canonización. El acto de cierre de la fase diocesana para la causa de beatificación se realizó el 20 de octubre del 2016 en la curia de la arquidiócesis de Bahía Blanca.+