Primera visita de la Santa Sede a Alepo después del final de las hostilidades

  • 24 de enero, 2017
  • Alepo (Siria) (AICA)
Del 18 al 23 de enero, a pedido del papa Francisco, el nuncio apostólico en Siria, cardenal Mario Zenari y el secretario delegado del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, monseñor Giampietro Dal Toso, visitaron la ciudad de Alepo, del norte de Siria, por mucho tiempo epicentro del conflicto y desde hace algunas semanas bajo el pleno control del ejército sirio esperando la finalización de las hostilidades. Se trata de la primera visita oficial por parte de representantes de la Santa Sede después del final de las hostilidades en esta localidad. En una nota, el Dicasterio mencionado explica que la delegación se encontró con "las comunidades cristianas y sus pastores", los cuales "expresaron gratitud al Papa por la constante solicitud hacia la amada Siria". De particular significado prosigue el comunicado, fue la visita "a instituciones de caridad católicas y a algunos campos de refugiados".
Del 18 al 23 de enero, a pedido del papa Francisco, el nuncio apostólico en Siria, cardenal Mario Zenari y el secretario delegado del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, monseñor Giampietro Dal Toso, visitaron la ciudad de Alepo, del norte de Siria, por mucho tiempo epicentro del conflicto y desde hace algunas semanas bajo el pleno control del ejército sirio esperando la finalización de las hostilidades. Se trata de la primera visita oficial por parte de representantes de la Santa Sede después del final de las hostilidades en esta localidad. En una nota, el Dicasterio mencionado explica que la delegación se encontró con "las comunidades cristianas y sus pastores", los cuales "expresaron gratitud al Papa por la constante solicitud hacia la amada Siria". De particular significado prosigue el comunicado, fue la visita "a instituciones de caridad católicas y a algunos campos de refugiados". El programa de la visita fue intenso y contempló reuniones con los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas de las iglesias católicas, visita a los tres hospitales cristianos, que viven en un momento de emergencia, a los campos de refugiados en los que trabaja Cáritas y el Jesuit Refugee Service, donde el cardenal Zenari también se reunió con las familias desplazadas de los barrios orientales que permanecen en manos de los rebeldes. El representante del Papa también visitó las iglesias devastadas, mantuvo reuniones con las autoridades civiles y religiosas, y el sábado 21 de enero participó en la vigilia ecuménica con obispos, sacerdotes y fieles de todas las Iglesias, reunidos con motivo de la Semana de oración por la unidad de los cristianos. "Juntos vamos a orar por el renacimiento de Alepo", expresó durante la celebración. La visita del cardenal y del alto funcionario vaticano, atrajeron la atención de personalidades religiosas y laicas de la ciudad, de líderes musulmanes y de funcionarios que quisieron encontrarse y saludar a las autoridades cristianas. También visitaron al muftí de Alepo, que no pudo venir personalmente porque estaba enfermo. Este gesto fue muy apreciado por el líder musulmán. En los encuentros con los representantes del Islam se subrayó la responsabilidad de las religiones en la tarea de educar para la paz y la reconciliación. El vicario apostólico de Alepo para los Latinos, monseñor George Abou Khazen, expresó al concluir la visita oficial del cardenal Zenari y de monseñor Giampietro Dal Toso, la alegría que significó la para la comunidad cristiana esta presencia y que encargaron a los representantes de la Santa Sede "llevar este agradecimiento al papa Francisco". Asimismo monseñor Khazen manifestó que también comparten este sentimiento de gratitud muchos musulmanes que se conmovieron y "dicen haber aprendido de "ustedes cristianos" la caridad". "Los cristianos, y no sólo de Alepo -agregó el prelado- vimos y sentimos que estamos muy cerca de la comunidad no sólo a nivel de caridad y testimonio, sino también de presencia". Monseñor Khazen explicó que desde el inicio de la guerra, en marzo de 2011, es la segunda vez que el nuncio apostólico, hoy cardenal, logró visitar Alepo. "Él realizó un bellísimo gesto -narra a AsiaNews el vicario apostólico- diciendo que la púrpura que viste es la sangre de las víctimas inocentes, de los niños, y que cada vez que la viste su pensamiento va hacia ellos y a los sufrimientos que está viviendo Siria". Si bien hoy está libre del conflicto, la situación en Alepo es todavía difícil, continúan faltando la electricidad y la calefacción. Además, cuenta el prelado, los milicianos del Estado islámico cortaron la provisión de agua que proviene del Éufrates y desde hace 12 días estamos sin agua. A pesar de todo, hay muchas ganas de repartir, de reconstruir, de hacer renacer a la ciudad. Una esperanza que hemos visto en los ojos de los niños y de las familias, todas musulmanas, que hemos encontrado en el campo de prófugos de Jibrin. Su alegría, su entusiasmo al encontrarnos, sus miradas sin odio son realmente una señal de esperanza". En Siria e Iraq hay cuatro millones y medio de personas atendidas directamente por las organizaciones caritativas católicas, con doce mil trabajadores ocupados en las dos zonas de conflicto y en los países cercanos en los cuales encontraron acogida los refugiados. "Con el apoyo de la Iglesia universal y gracias a la generosa contribución de la comunidad internacional, tal ayuda podrá intensificarse en el futuro para poder hacer frente a las crecientes necesidades de las personas", aseguran desde la Santa Sede. Entre las urgencias inmediatas, hacen especial referencia a las referidas a necesidades alimenticias, al vestuario, educación, asistencia sanitaria y alojamiento.+