A diez años de la muerte de Ángel Centeno

  • 23 de diciembre, 2016
  • Buenos Aires (AICA)
La noche de Navidad de 2006, a los 80 años de edad, falleció en Buenos Aires el doctor Ángel Miguel Centeno, médico distinguido, católico comprometido y ciudadano ejemplar, a quien la Iglesia y el pueblo creyente de la Argentina están debiendo un justo reconocimiento.
La noche de Navidad de 2006, a los 80 años de edad, falleció en Buenos Aires el doctor Ángel Miguel Centeno, médico distinguido, católico comprometido y ciudadano ejemplar. Entre 1958 Y 1962 fue Subsecretario de Culto y durante un lapso, de Relaciones Exteriores. Junto con el doctor Santiago de Estrada como embajador en el Vaticano, emprendió la tarea de lograr un concordato con la Santa Sede fundamentalmente para superar el Patronato, una cada vez más inaceptable injerencia del Estado en la vida interna de la Iglesia Católica. Los interlocutores fueron dos futuros cardenales, Antonio Samoré y Agostino Casaroli, de decisiva importancia años después cuando el conflicto con Chile. La caída del gobierno del doctor Arturo Frondizi puso término a la actuación en este tema de los doctores Centeno y Estrada, quienes dejaron obras testimoniales sobre su actuación. , Durante la presidencia del doctor Arturo U. Illia en 1963, fundamentalmente con el eje de las negociaciones en Buenos Aires entre la Cancillería, a cuyo cargo estaba el doctor Miguel Ángel Zavala Ortiz, y el Nuncio, luego cardenal Humberto Mozzoni, se alcanzó en 1966 el Acuerdo cuyo cincuentenario acaba de celebrarse, aunque la firma le tocó al Canciller del gobierno del General Onganía, Nicanor Costa Méndez. Centeno fue uno de los más fervientes defensores de la providencial mediación de san Juan Pablo II, a través de publicaciones y participación en debates radiales y televisivos. En 1989, el nuevo presidente Carlos Saúl Menem le ofreció ser Secretario de Culto, cargo que desempeñó por casi diez años. Entre los principales logros de tan extensa y fecunda gestión, citamos: a) la ley nº 24.483 de Institutos de Vida Consagrada, cuyo primer director fue, como lo es ahora, el doctor Luis G. Saguier Fonrouge; b) las Notas Reversales firmadas el 21 de abril de 1991 para adecuar el Acuerdo de 1957 sobre la Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas al Código de Derecho Canónico y a la Constitución "Spiritalis Militum Curae"; c) la propuesta de un proyecto de ley de libertad religiosa, que fue objeto primero de consulta a la Conferencia Episcopal Argentina (que dio su "sustancial acuerdo") y a las demás confesiones, y fue aprobado por el voto unánime del Senado, pero perdió estado parlamentario en la Cámara de Diputados. Veinte años después, el Secretario de Culto, doctor Santiago M. de Estrada, hijo de aquel recordado amigo de Centeno, anunció que un proyecto sobre esa materia está próximo a ser presentado al Congreso. Centeno, que siempre definía a la Argentina no como un Estado católico pero sí como una nación católica, fue incansable en el empeño de que los representantes religiosos palpasen el aprecio y valoración del Estado argentino. En tal sentido, su participación, y a veces su palabra, espontánea y cordial, en actos relevantes de las comunidades y las invitaciones a la Cancillería en numerosas ocasiones, contribuyeron a afianzar el clima de diálogo ecuménico e interreligioso propio de la Argentina de hoy. Renunció en agosto de 1998, pero en diciembre de 1999 regresó como asesor honorario de quien había sido colaborador suyo, Norberto Padilla. Fue miembro del Consejo Asesor Honorario de Libertad Religiosa, participando en la elaboración de un nuevo proyecto de ley y brindando en todo momento con humildad, virtud que lo caracterizaba, su experiencia, aliento y afectuosa cercanía. Cuando en 2002 ese Consejo Asesor pasó al ámbito privado como Consejo Argentino para la Libertad Religiosa, fue elegido su primer presidente. Su esposa Mercedes Cullen Jacobé, lo precedió en la partida un año y medio antes, y él la siguió, como si fuera parte de un reencuentro navideño. (Norberto Padilla)