Bodas de plata de la ordenación de cuatro sacerdotes

  • 21 de diciembre, 2016
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, celebró una misa de acción de gracias por las bodas de plata de la ordenación sacerdotal de los presbíteros Hernán David, Eduardo Torre, José Luis Serre y Walter Pereyra. En representación de toda la Iglesia diocesana, el prelado expresó a los sacerdotes su gratitud "por estos años de servicio fiel".
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, celebró una misa de acción de gracias por los 25 años transcurridos desde la ordenación sacerdotal de los presbíteros Hernán David, Eduardo Torre, José Luis Serre y Walter Pereyra. La celebración eucarística se llevó a cabo el lunes 19 de diciembre, en la parroquia Nueva Pompeya, de Mar del Plata, y contó con la participación de miembros del clero diocesano, seminaristas y fieles de las comunidades en las que estuvieron y están actualmente desempeñando sus tareas pastorales. "Veinticinco años han transcurrido desde el día en que monseñor José María Arancedo (entonces obispo de Mar del Plata), llegado a la diócesis pocos días antes, los ordenaba sacerdotes de Cristo para la Iglesia de Mar del Plata. Fue un cambio decisivo en sus vidas y ocurrió en este mismo lugar", relató monseñor Marino en su homilía. Luego, refiriéndose al sacerdocio ministerial, el prelado aseguró: "Si elegimos este camino, es porque previamente fuimos elegidos". "Esta vocación no tiene como fundamento méritos previos de nuestra parte, sino sólo el beneplácito divino, que tanto más resplandece por el contraste con nuestra inocultable limitación y pobreza", añadió. Y continuó: "Es esta elección divina discernida en lo profundo de la conciencia y reconocida por la Iglesia, la que hace que un simple ser humano se convierta en representante de Cristo y actúe con su misma autoridad. En el límite de lo humano se comunica un misterio de gracia y salvación". "Esta función representativa es instrumental, y lejos de elevarlo para el aplauso y los honores, lo compromete en el servicio y en la humildad. Representar a Cristo es hacer presente dentro de la comunidad eclesial, al que es por excelencia el Servidor de Dios y de los hombres", recordó. Además, expresó que "las vocaciones al sacerdocio son muy necesarias para la vida de la Iglesia", la cual "desde la primera hora y a lo largo de dos milenios no ha dejado nunca de ser misionera porque la misión de anunciar la salvación en Cristo es esencial y constitutiva de su naturaleza". Finalmente, el obispo marplatense agradeció: "Queridos Hernán, Eduardo, Walter y José Luis; en este día hermoso cargado de recuerdos, asumo como obispo la representación de toda la Iglesia diocesana para presentarles las felicitaciones y gratitud por estos años de servicio fiel". Y concluyó: "Seguimos contando con ustedes en los años por venir, alentados y reconfortados en este día feliz por la gracia de esta celebración tan significativa". Ver homilía completa.+