Nuevo diácono del Movimiento de la Palabra de Dios

  • 12 de diciembre, 2016
  • Quilmes (Buenos Aires)
Monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes, presidió el viernes 9 de diciembre la misa en la que ordenó diácono a Juan Manuel Romero (del Movimiento de la Palabra de Dios), en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de Quilmes Oeste. El prelado animó al nuevo diácono a "servir a los hermanos, especialmente a los pobres y los afligidos".
El Movimiento de la Palabra de Dios tiene un nuevo diácono que se prepara para el sacerdocio: se trata de Juan Manuel Romero, cuya ordenación fue celebrada por el obispo, monseñor Carlos José Tissera, el pasado viernes 9 de diciembre en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, de Quilmes Oeste. En su homilía, el obispo de Quilmes recordó que el amor del Padre es "desbordante, inimaginable, fuente de una alegría que colma el corazón", y lo describió como un "amor íntimo, como el del amigo". Asimismo, resaltó que "lo que nos pide para seguir regalándonos tanta amistad no es algo penoso, al contrario, es lo que más nos gusta: Amarnos, que nos amemos. Es el fruto que Él espera". "Nos pide que no nos quedemos en un intimismo autocomplaciente, autorreferencial. Nos pide que dejemos en libertad el dinamismo de su amor y lo compartamos con los demás, sin límites, hasta dar la vida: ?No hay mayor amor que dar la vida por los amigos?", manifestó. Asimismo, señaló que "el origen de esa capacidad de amor no está en nosotros. Él tiene la iniciativa? Él te ha llamado, él siempre estará buscándonos cuando nos alejamos. Él siempre ama primero". "Juan Manuel, serás ordenado diácono en vistas también de tu futuro presbiterado. Por eso, tu diaconado se ve enriquecido al elegir una vida célibe, al estilo de Jesús", dijo al seminarista. "Esto nos lleva a ser personas de profunda fe que va de la mano de la humildad, pero no menos de la mano del amor", aseguró. "Ser célibe no significa menos amor, sino un amor grande y generoso como respuesta a Jesús que nos llama a seguirlo, dando la vida con alegría y sencillez en lo cotidiano. Amor a la gente concreta, a quien se presenta en nuestro camino, no buscándonos a nosotros mismos, sino ayudando que los demás se encuentren con Jesús a quien anunciamos y hacemos presente con nuestro sacramento", expresó. "Sos ordenado diácono para el servicio de los hermanos, de todos, especialmente de los pobres y de los afligidos", le recordó, y concluyó: "Que la Virgen María, Madre del Movimiento de la Palabra de Dios, te acompañe en tu ministerio". Ver homilía completa.+