Mons. Aguer: "La misericordia cristiana sólo se comprende contemplando al crucificado"

  • 28 de noviembre, 2016
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El cierre de la Puerta Santa concluyó el sábado 26 de noviembre el Año de la Misericordia en la catedral Nuestra Señora de los Dolores, de La Plata. La misa fue presidida por el obispo auxiliar, monseñor Alberto Bochatey OSA, y concelebrada por el también obispo auxiliar, monseñor Nicolás Baisi y numerosos sacerdotes de la arquidiócesis. El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, no pudo estar presente ya que se encuentra recuperándose de una operación en su cadera, pero envió un mensaje, recordando que "la misericordia cristiana, aclaró, sólo se comprende contemplando al crucificado".
Con motivo del cierre del Año de la Misericordia, se celebró en la catedral Nuestra Señora de los Dolores, de La Plata, una misa presidida por el obispo auxiliar, monseñor Alberto Bochatey, y concelebrada por el también obispo auxiliar, monseñor Nicolás Baisi y numerosos sacerdotes de la arquidiócesis. El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, no pudo estar presente ya que se encuentra recuperándose de una operación en su cadera, pero envió un mensaje a los fieles en ocasión de la clausura del Año Jubilar, expresando su cercanía "afectuosa y orante", que fue leído por monseñor Baisi antes de comenzar la celebración. "Simbólicamente se cierran las puertas a través de las cuales el pueblo católico ha ido a buscar la gracia de la indulgencia. Pero, realmente, jamás se cierra la puerta de la misericordia del Señor", afirmó en su carta el arzobispo, y recordó la aspiración a ser "Misericordiosos como el Padre". El prelado aseguró que el mundo, gobernado por el diablo, nos confunde alterando la realidad central de la Revelación y "suele chantajearnos con una versión blandengue, sensiblera o romántica de la misma". La misericordia cristiana, aclaró, sólo se comprende contemplando al crucificado. Monseñor Aguer destacó que de la práctica de las obras de misericordia, corporales y espirituales, dependerá la presencia de la Iglesia en el mundo "al cual el Señor envió a sus apóstoles para hacer de todos los hombres discípulos suyos". El ejercicio de la misericordia es aguardado, indicó, por "la multitud de los pobres que nos rodea, y la dureza de corazón de tantos que niegan a Dios como si Él no existiera, u ocupando su lugar". Para finalizar, insistió en que "el Año Jubilar concluye, pero el tiempo de misericordia continúa". Para que los fieles pudieran acceder a la indulgencia plenaria, una hora antes de la misa se realizó una celebración penitencial, y varios sacerdotes escucharon confesiones. Al concluir la celebración eucarística, se bendijeron imágenes de la beata María Ludovica de Ángelis, ícono de la misericordia platense, para ser entronizadas en las parroquias.+