Uruguay clausuró el Año Santo de la Misericordia honrando a la Virgen de los Treinta y Tres

  • 15 de noviembre, 2016
  • Montevideo (Uruguay)
Con una multitudinaria misa, presidida por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, en el Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres, la iglesia católica en el Uruguay clausuró el Año Santo de la Misericordia. Más de 7000 peregrinos, llegados desde todos los rincones del país, participaron de la Eucaristía que fue concelebrada por todos los obispos y decenas de sacerdotes. En su homilía, el cardenal Sturla recordó las obras de misericordia realizadas durante este Año Santo y llamó a "construir fraternidad en una sociedad fragmentada".
Con una multitudinaria misa, presidida por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, en el Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres, la iglesia católica en el Uruguay clausuró el Año Santo de la Misericordia. Más de 7000 peregrinos, llegados desde todos los rincones del país, participaron de la Eucaristía que fue concelebrada por todos los obispos y decenas de sacerdotes. Este año se sumaron muchos jóvenes de Montevideo que peregrinaron varios kilómetros para llegar al Santuario mariano. En su homilía, el cardenal Sturla recordó las obras de misericordia realizadas durante este Año Santo y llamó a "construir fraternidad en una sociedad fragmentada". Asimismo señaló que la Patria nació católica "de la mano de María" y lleva 500 años de presencia ininterrumpida en nuestra tierra. "Podríamos traer al altar "dijo el purpurado- todas las obras de misericordia que realizamos a lo largo del año: visitas a los hospitales y a las cárceles, el acompañamiento a los enfermos, tantos servicios a los que más nos necesitan, de los que llevan el Evangelio como hace siempre la Iglesia, de llevar una mano tendida, dignificar a la persona y decirle que es un hijo de Dios y que por eso está llamado a una vida digna". El arzobispo de Montevideo destacó también, la obra que realizan muchos jóvenes que de noche rezan, preparan una olla de comida y llevan el alimento a los que están en situación de calle. El cardenal indicó que no solamente "tratamos de ser misericordiosos como el Padre", sino que "el Señor nos ha misericordiado" ya que "fuimos una y otra vez a celebrar el sacramento de la reconciliación, pedimos perdón por nuestros pecados y recibimos el don de su Gracia que supera ampliamente nuestras faltas". "Esta Gracia no es solo para nosotros que creemos en Dios, que pertenecemos a la Iglesia, Pueblo Santo suyo, sino que queremos que toque a todo el Uruguay", puntualizó. En su prédica, el cardenal Sturla recordó que "cuando hace 500 años, en 1516, llegaron los primeros cristianos a esta tierra, el primer nombre que pusieron a un accidente geográfico, de lo que hoy es el Uruguay, fue "Purísimo y Dulce Nombre de María Cabo de Santa María", y después "Bahía de Nuestra Señora de la Candelaria"". Por lo tanto, "podemos decir que el bautismo de nuestra tierra está dado por el nombre de la Santísima Virgen", enfatizó ante el aplauso de los peregrinos. "La Virgen nos ha primeriado, se nos adelantó", dijo el cardenal al tiempo que explicó que fue "100 años después, o sea, hace 400 años, que los misioneros pudieron llegar a nuestra tierra y encontrarse con sus habitantes, predicar el Evangelio, ayudarlos a cultivar la tierra, a enseñarles las primeras letras". "Fue el tañido de las campanas y el nombre de Jesucristo unido al de su Madre Santísima, el primer nombre que nuestros indios pronunciaron". Recordó, asimismo, que los "misioneros intrépidos" dominicos, franciscanos, mercedarios, jesuitas, fueron "llenando nuestra tierra de Evangelio". Citando al papa san Juan Pablo II durante su visita al Uruguay, el arzobispo de Montevideo reiteró que esta Patria "nació católica" de la mano de María. "Dentro de poco vamos a celebrar los 200 años de que en este lugar, en la Villa de San Fernando de la Florida, el gobierno, instalado el 14 de junio y luego la sala de representantes de los pueblos de la provincia, el 25 de agosto, al declarar la independencia, pusieron la patria naciente a los pies de esa imagen de la Virgen del Luján del Pintado que luego el pueblo le dio el nombre, uniendo la gesta de los Treinta y Tres a la misma", explicó el arzobispo. Recordó, en este sentido, que ante esa imagen de la Virgen se inclinó la bandera de Libertad o Muerte y comenzó a ser llamada Virgen de los Treinta y Tres. "Por eso nosotros damos gracias a Dios. La sentimos cerca con los colores de la Patria", dijo. Constructores de fraternidad en una sociedad fragmentada Más adelante, en su homilía, el cardenal Sturla exhortó a los peregrinos a ser discípulos y misioneros y constructores de fraternidad en esta sociedad fragmentada. Llamó, asimismo, a "dar sentido a la vida de tantos compatriotas que no lo encuentran y tienen que salir atrás de una bandera de un cuadro de fútbol". "¡Qué bueno es ser hincha de fútbol! ¡Cómo nos gusta el fútbol! ¡Cómo hinchamos por la celeste! Pero ¡por favor! cómo puede ser que el fútbol hoy pueda ser un motivo de enemistad hasta llegar a matar a otro para robar una bandera", cuestionó el arzobispo. "Eso es un reflejo, como los ataques a la familia que hemos vivido, como la ley inicua del aborto" de una sociedad fragmentada", advirtió. "Y allí nosotros estamos llamados a construir fraternidad. En esta sociedad plural en la que vivimos, tenemos que manifestar sin achicarnos la alegría de la fe", instó. Al clausurar el Año Santo de la Misericordia, el purpurado expresó que "queremos seguir siendo misericordeados por Dios y seguir siendo signos eficaces de la misericordia de Dios con nuestros hermanos", concluyó.+