Mons. Eduardo Martín instó a ayudar a los enfermos, rogando por su salud y visitándolos

  • 15 de noviembre, 2016
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
"Colaboremos con Cristo ayudando a los enfermos, rogando por su salud y también visitándolos. Esto está al alcance de nuestra mano: siempre tenemos alguien en nuestro entorno que está sufriendo y espera de nosotros esa mano tendida, esa visita, esa escucha, ese abrazo, esa ayuda de ir a comprarle algo, de higienizarlo, de ayudarlo en las cosas concretas", sostuvo el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, al presidir la misa en las vísperas del Día Nacional del Enfermo en la capilla San José de la Caridad, del Hospital Provincial de esta ciudad.
El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió la misa en las vísperas del Día Nacional del Enfermo en la capilla San José de la Caridad, del Hospital Provincial de esta ciudad, y fue concelebrada por el prebítero Jorge Nardi, delegado episcopal para la Pastoral de la Salud. En la homilía, el prelado reflexionó sobre las lecturas del domingo y afirmó: "Vivimos en un mundo inseguro: ciertamente nos da miedo humano la violencia, los asaltos, los robos que padecemos en nuestra ciudad y en tantos lugares. Pero nosotros tenemos que ir siempre al fondo: ¿en quién tenemos puesta la esperanza de nuestra salvación? ¿En quién tenemos puesta nuestra seguridad?" "Por eso el Señor nos dice que no nos alarmemos. Jesús nos invita a la serenidad incluso en las persecuciones, que suceden y sucedieron en toda la historia de la Iglesia", recordó. El arzobispo advirtió que "la Iglesia siempre es perseguida" y puso como ejemplo lo que ocurrió en Rosario, donde "nos insultaron, nos decían ?la única iglesia que ilumina es la que arde, o también oh juremos la iglesia incendiar?. Esto no nos tiene que asustar. Esto nos tiene que llevar a perseverar y ser constantes en la fe porque el Señor cuida de nosotros". Al referirse al Día Nacional del Enfermo, monseñor Martín sostuvo que "una circunstancia que es condición de la existencia humana son la enfermedad y la muerte. Es condición ineludible. No se puede escapar aunque mejore la medicina o se prolongue la vida sobre la tierra. Para nosotros esto no es trágico porque tenemos la esperanza de la resurrección de la carne y la vida eterna". "La enfermedad, el dolor físico, el dolor psíquico y el sufrimiento a la luz de Cristo tiene un valor y tiene un sentido porque ´Cristo asumió el sufrimiento y el dolor dándole un valor redentor. Por eso el sufrimiento, que no lo buscamos porque queremos estar bien, se transforma en Cristo. Porque Jesús nos viene a dar la salud eterna", señaló. "El punto último de porqué Jesús se compadece de los enfermos es porque Él tiene el poder de liberar de la esclavitud más honda que es el pecado y la muerte eterna", agregó, y pidió que "ofrezcamos el sufrimiento y los dolores a Jesús para encontrar en ellos un instrumento de redención y un aporte a la salvación del mundo". Monseñor Martín instó a "colaborar con Cristo ayudando a los enfermos, rogando por su salud y también visitándolos. Esto está al alcance de nuestra mano: siempre tenemos alguien en nuestro entorno que está sufriendo y espera de nosotros esa mano tendida, esa visita, esa escucha, ese abrazo, esa ayuda de ir a comprarle algo, de higienizarlo, de ayudarlo en las cosas concretas". "En eso consistirá el juicio: estuve enfermo y me visitaste. Sigamos practicando las obras de misericordia. No porque se cierra el Año de la misericordia dejemos de hacerlo", indicó. Por último, monseñor Martín agradeció a quienes trabajan en la pastoral de la Salud: ministros extraordinarios de la Comunión, personal sanitario y a los que se dedican de un modo específico a visitar, ayudar y asistir a los enfermos. Luego bendijo los distintivos que serán impuestos en las promesas y oficializaciones de la Acción Católica de Rosario.+