Mons. Han Lim Moon: ¿Por qué debemos ser humildes?
- 30 de agosto, 2019
- San Martín (Buenos Aires) (AICA)
En su homilía para el domingo 1 de septiembre, el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Mo
“Cuando te inviten a un banquete, ve a ubicarte en el último lugar. Todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”, comenzó diciendo el obispo auxiliar de San Martín, monseñor Han Lim Moon, en su video reflexión para el domingo 1 de septiembre.
Al mencionar la importancia de la humildad, el prelado recordó el relato de la creación en el que “el hombre sale del barro que simboliza su fragilidad y vuelve al barro”. Sin embargo, “el hombre al reconocer su identidad como criatura y además como pecador, puede recibir la dignidad de hijo de Dios con todos sus dones”, expresó.
Por este reconocimiento, que es la esencia de la humildad, “su identidad se eleva de lo terrenal a lo trascendental: del barro y simple creatura, a hijo de Dios”, prosiguió el obispo. Dicho de otra manera, “el humilde es el que reconoce la verdad de lo que es con toda su limitación y grandeza. Y con todo esto Dios lo invita a servir a los hermanos ubicándose por debajo de ellos, pero con igual dignidad”, explicó. Monseñor Han Lim Moon agregó que “el modelo por excelencia es el mismo Jesús”. El, que siendo Hijo de Dios se hizo hombre y servidor, “arrodillándose ante ellos para lavar sus pies”, Él, que “se humilló extendiendo sus brazos en la cruz para siempre abrazando a todos los hombres e, inclusive, bajó al mundo de los muertos para rescatarlos”. El Señor “hizo opción” por humillarse “para abrazar a todos los hombres como cuando un adulto se agacha para abrazar y levantar a un niño”.
El obispo auxiliar de San Martín explicó finalmente para qué Jesús nos invita a ser humildes: “Para descubrir y aceptar nuestra identidad terrenal y a la vez trascendental: el origen, la meta y nuestra misión a lo largo de toda la vida desde nuestra pobreza y riqueza”.
Además, “este reconocimiento abre al hombre a la acción maravillosa de Dios capaz de llegar a la verdadera grandeza del amor en el servicio, inclusive, asumiendo la humillación como Cristo. Por todo esto, la humildad es considerada como la base, el suelo sobre el cual se construyen todas las demás virtudes cristianas”.
Al concluir, monseñor Han Lim Moon invitó a cada a uno a recordar la propia esencia: “recuerda quién eres, de dónde saliste, adónde vas, y cuál es tu misión en este mundo”.+