El Papa llamó a los ortodoxos a la unidad ante un mundo sediento de paz

  • 30 de septiembre, 2016
  • Tbilisi (Tiflis),Georgia
El papa Francisco se reunió hoy en Tiflis, capital de Georgia, con el patriarca de los ortodoxos georgianos, Elías II, a quien llamó a dar un impulso al ecumenismo. "Frente a un mundo sediento de misericordia, de unidad y de paz, nos pide que se dé un nuevo impulso, un renovado fervor a los lazos que nos unen, signo elocuente de los cuales es el beso de la paz y nuestro abrazo fraternal", afirmó. Luego mantuvo un encuentro con la comunidad asirio-caldea en la iglesia de San Simeón Bar Sabas, donde el papa Francisco rezó la Oración por la Paz acompañado por el Patriarca de Babilonia de los Caldeos y por el párroco del lugar.
El papa Francisco se reunió hoy en Tiflis, capital de Georgia, con el patriarca de los ortodoxos georgianos, Elías II, a quien llamó a dar un impulso al ecumenismo. "Frente a un mundo sediento de misericordia, de unidad y de paz, nos pide que se dé un nuevo impulso, un renovado fervor a los lazos que nos unen, signo elocuente de los cuales es el beso de la paz y nuestro abrazo fraternal", afirmó. El pontífice mantuvo un encuentro privado en la sede del patriarcado con Elías II, de 83 años, y luego dirigió un discurso a los representantes ortodoxos en los que repasó los encuentros que se han tenido y agregó: "Ahora, la Providencia divina ha querido que nos encontremos de nuevo". "Que las dificultades no sean un obstáculo, sino un estímulo que nos ayude a conocernos mejor", instó, y llamó a "intensificar la oración de unos por otros y a cooperar con caridad apostólica en el testimonio común, para la gloria de Dios en el cielo y el servicio de la paz en la tierra". El Papa pidió a los ortodoxos de Georgia dejarse inspirar por "el amor del Señor, para alzarnos por encima de las incomprensiones del pasado, de los cálculos del presente y de los temores del futuro", y animó a "evangelizar como en el pasado y, más que en el pasado, libres de las ataduras de ideas preconcebidas y abiertos a la perenne novedad de Dios". Por último, Francisco recordó a "tantos cristianos que todavía hoy en el mundo sufren persecuciones y atropellos" y pidió que esto fortalezca "el buen deseo de estar fraternalmente unidos para anunciar el Evangelio de la paz". Encuentro con la comunidad asirio-caldea Durante un encuentro con la comunidad asirio-caldea en la iglesia de San Simeón Bar Sabas, de Tiflis, Georgia, el papa Francisco rezó la Oración por la Paz acompañado por el Patriarca de Babilonia de los Caldeos y por el párroco del lugar. El Papa elevó su oración a la Cruz de Cristo "que nos libra del pecado, origen de toda división y de todo mal" y con su gloriosa pasión "vence la dureza de los corazones, prisioneros del odio y del egoísmo" liberando a las "víctimas de injusticia y opresión". Asimismo, encomendó a la Cruz de Jesús "los sufrimientos de tantas víctimas inocentes: los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos" y las heridas de "las personas abusadas, despojadas de su libertad y dignidad" sin olvidar a "los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida" para que experimenten "la estabilidad" del Reino. [img]http://www.aica.org/subidas/2128.jpg[/img] Francisco rezó para que los pueblos en guerra "aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón" y dirigió un pensamiento especial por aquellos pueblos "desfallecidos por las bombas" como Iraq y Siria pidiendo al Señor que libre "de la devastación" a estos países. Por último, el Papa se encomendó a María, "Reina de la Paz", y pidió: "Alcánzanos de tu Hijo el perdón de nuestros pecados" y "sostén nuestra fe y nuestra esperanza" y enséñanos "la majestad del servicio y la gloria del amor". Oración por la Paz que rezó el papa Francisco Señor Jesús, adoramos tu cruz, que nos libra del pecado, origen de toda división y de todo mal; anunciamos tu resurrección, que rescata al hombre de la esclavitud del fracaso y de la muerte; esperamos tu venida gloriosa, que realiza el cumplimiento de tu reino de justicia, de gozo y de paz. Señor Jesús, por tu gloriosa pasión, vence la dureza de los corazones, prisioneros del odio y del egoísmo; por el poder de tu resurrección, arranca de su condición a las víctimas de la injusticia y de la opresión; por la fidelidad de tu venida, confunde a la cultura de la muerte y haz brillar el triunfo de la vida. Señor Jesús, une a tu cruz los sufrimientos de tantas víctimas inocentes: los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos; envuelve con la luz de la Pascua a quienes se encuentran profundamente heridos: las personas abusadas, despojadas de su libertad y dignidad; haz experimentar la estabilidad de tu reino a quienes viven en la incertidumbre: los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida. Señor Jesús, extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra: que aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón; haz experimentar el gozo de tu resurrección a los pueblos desfallecidos por las bombas: arranca de la devastación a Irak y Siria; reúne bajo la dulzura de tu realeza a tus hijos dispersos: sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor. Virgen María, reina de la paz, tú que estuviste al pie de la cruz, alcánzanos de tu Hijo el perdón de nuestros pecados; tú que nunca dudaste de la victoria de la resurrección, sostén nuestra fe y nuestra esperanza; tú que has sido constituida reina en la gloria, enséñanos la majestad del servicio y la gloria del amor. Amén.+