La Corporación de Abogados Católicos rechaza el proyecto de ley de alquiler de vientres

  • 21 de septiembre, 2016
  • Buenos Aires (AICA)
La Corporación de Abogados Católicos dio a conocer una declaración pública en la que manifiesta su rechazo al proyecto de ley que autorizaría el alquiler de vientres como receptores de embriones, y que estaría por tratarse en la Cámara de Diputados de la Nación.
En una reunión de la junta directiva, la Corporación de Abogados Católicos emitió una declaración pública rechazando el proyecto de ley que autorizaría el alquiler de vientres como receptores de embriones, considerando que "atenta contra el derecho fundamental del niño a su identidad y a nacer en el seno de una familia con un padre y una madre biológicos". La declaración, de fecha 21 de septiembre de 2016, está firmada por los doctores Enrique Ramos Mejía y Agustín M. Casares, presidente y secretario, respectivamente de la corporación. Texto completo de la declaración: La Cámara de Diputados de la Nación estaría por tratar un proyecto de ley que autorizaría el alquiler de vientres como receptores de embriones, a los efectos de su gestación hasta el nacimiento. Desde que se hizo posible la reproducción humana en el laboratorio, técnica llamada fecundación "in vitro", se abrió un abanico de posibilidades en cuanto al tratamiento de los embriones así obtenidos, de "soluciones" aberrantes de distinta gravedad, como ya se denunciara desde esta Corporación. Si bien en ocasión de aprobarse el Código Civil y Comercial de la Nación que rige actualmente, expresamente se dejó de lado la figura que hoy nos ocupa, ya resultaba claro que quienes se dedican a estas prácticas, las entidades interesadas en que se haga realizable incluyendo personas físicas, empresas diversas, firmas de la industria y del comercio, entidades que dicen dedicarse a la salud y también quienes ejercen profesiones relacionadas con la salud, invocando falsas razones, insistirían en incorporarla al Código, que en la materia ya es uno de los más permisivos del mundo, y que constituya este proyecto una norma con fuerza de ley. Sería, entre otras finalidades, un modo de llevar a la práctica que las uniones homosexuales puedan acceder a un remedo de "familia", donde el niño será la primera víctima. Esta Corporación rechaza con toda energía este proyecto, que repugna elementales principios morales, atenta contra el derecho fundamental del niño a su identidad y a nacer en el seno de una familia con un padre y una madre biológicos. Jamás un embrión, que no es una cosa sino un ser humano, puede ser objeto de un contrato, porque el contrato no puede tener un objeto ilícito. Ello también violenta los principios que surgen del Art. 15 de la Constitución, que excluye a la persona humana como objeto de un derecho subjetivo. Tal sería este inescrupuloso experimento que se pretende que se convierta en ley, transgrediendo así las leyes de la naturaleza y claros principios constitucionales.+