Fiesta del Milagro: Salteños renovaron su fidelidad

  • 15 de septiembre, 2016
  • Salta (AICA)
Una multitud de salteños participó de la procesión en honor del Señor y la Virgen del Milagro, una tradición que se repite desde 1692, cuando cesó el terremoto que azotó a la ciudad de Salta, e hizo desaparecer la ciudad de Esteco. Esta mañana, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Náñez, celebró la tercera misa del triduo, y por la tarde, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, encabezó la procesión que culminó con la renovación del Pacto de Fidelidad.
Las sagradas imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro, de la Virgen coronada de las Lágrimas y de la Cruz Primitiva del Señor del Milagro, peregrinaron en procesión por las calles salteñas durante la tarde del tercer día del triduo festivo, jueves 15 de septiembre. A las 18.30, el arzobispo de Salta y vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Mario Antonio Cargnello, renovó el Pacto de Fidelidad de los salteños, siguiendo la tradición de encomendar sus vidas y la ciudad de Salta al cuidado de Jesús luego del terremoto de 1692. Desde entonces, el pueblo salteño renueva la fidelidad en agradecimiento de que la ciudad no haya sido destruida por el terremoto, que destruyó totalmente la ciudad de Esteco. En el marco del Año de la Misericordia, monseñor Cargnello aseguró que "el Milagro nos invita a dejarnos abrazar por la misericordia de Dios", y llamó en este año del Bicentenario de la Independencia de la patria a experimentar "la necesidad de comprometerse como ciudadano para construir cada día la casa común. Una casa que nos incluya, que tenga el calor del hogar y el olor y el gusto de la vida familiar". "Ser misericordiosos como el Padre traza un programa de vida que nos llama a mirar al hermano y descubrir los sufrimientos que existen a nuestro alrededor; a vendar las heridas de los que se han debilitado hasta perder la voz", señaló. Asimismo, afirmó que la misericordia "nos exige a todos", entre lo que detalló el compromiso de los esposos, referentes de la educación, profesionales, empresarios, trabajadores, hombres y mujeres de la cultura, funcionarios públicos y hombres de la política, los jóvenes, y miembros del clero: obispos, sacerdotes, y religiosos. "El camino de la misericordia es el camino de los desafíos que se renuevan porque ofrecen al hermano la oportunidad de empezar de nuevo, como el Señor nos la da a nosotros cada día. Este es el camino para construir la casa común. Recorrámoslo", invitó llamando a luchar contra la corrupción, el flagelo del narcotráfico y la trata de personas. "No construye la casa común el que favorece el tráfico de armas, el que alimenta la violencia contra la mujer, el que acumula dinero alimentando la avaricia y destruyendo a los más necesitados. A todos ellos los invitamos a dejarse mirar por los ojos misericordiosos de Jesucristo en la Cruz. ¡Abran su corazón a la misericordia de Dios!", exclamó. Luego, el prelado llamó a encontrarse con Jesucristo en la Eucaristía. "Allí, el Señor se convierte en manantial de vida nueva, en maestro de misericordia, en fuente de fraternidad. Allí aprendemos, como comunidad cristiana, a derribar barreras, a entregar nuestras vidas, a renovar nuestra sociedad", aseveró. Finalmente, monseñor Cargnello recordó a María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, beatificada el pasado 27 de agosto en Santiago del Estero, como una "laica, mujer, fuerte, entregada"; y al beato Cura Gabriel del Rosario Brochero, que será canonizado en Roma por el papa Francisco el próximo 16 de octubre. "Cura que entró en el corazón y en la vida de los hombres y mujeres del oeste cordobés hasta convertirse en una luz diáfana que ilumina la vida de nuestra patria". "Que la Iglesia en la Argentina se alegre. Ellos dieron todo de sí, y las dificultades no pudieron con su amor. Hoy, nos desafían a nosotros a ser fuertes y a apostar por lo mismo", concluyó. Ver Pacto de Fidelidad completo. Mons. Ñáñez celebró la misa del tercer día del triduo Antes de la procesión del Señor y la Virgen del Milagro, por la mañana del tercer día del triduo, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, celebró una misa con la presencia de autoridades gubernamentales, eclesiásticas y cientos de peregrinos. El prelado agradeció al arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, por la invitación y aseguró "asistir como peregrino para pedirle al Señor del Milagro una gracia especial para la Iglesia que está en Córdoba. Al venir a Salta, quiero también asociarme a la experiencia del pueblo santo de Dios que peregrina en esta Iglesia local y que renueva el pacto de fidelidad con su Señor". "La renovación del pacto es semejante a la experiencia de atravesar la puerta de la misericordia en la catedral, experiencia de gracia a la que nos invita la Iglesia de la mano del papa Francisco en el ámbito del Jubileo de la Misericordia que estamos transitando", expresó. Asimismo, el arzobispo invitó a tener una "mirada comprometida para sentir la urgencia de caminar juntos, ayudándonos solidaria y generosamente, sin murmurar unos de otros y sin provocar enfrentamientos estériles, que muchas veces han herido e incluso enlutado a nuestra Argentina, a fin de poder construir juntos una patria grande y verdaderamente solidaria y fraternal, tal como la soñaron nuestros próceres hace doscientos años en Tucumán". Ver homilía completa.+