El obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague SDB, alentó a la comunidad diocesana a no caer en el desánimo frente a los sufrimientos cotidianos y las injusticias, y la exhortó a optar por el camino de la misericordia en la entrega a los demás como lo hizo el beato Ceferino Namuncurá. "Qué hermoso es ver que hoy somos muchos los que vamos descubriendo que de verdad uno es feliz si es misericordioso como el Padre Dios. Cada día, cada momento, se nos regalan miles de oportunidades de vivir la misericordia en la entrega a los demás", destacó en una carta a los peregrinos que irán este fin de semana a la localidad rionegrina de Chimpay, cuna del "santo indiecito".
El obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague SDB, alentó a la comunidad diocesana a no caer en el desánimo frente a los sufrimientos cotidianos y las injusticias, y la exhortó a optar por el camino de la misericordia en la entrega a los demás como lo hizo el beato Ceferino Namuncurá.
En una carta a los peregrinos que irán este fin de semana a la localidad rionegrina de Chimpay, cuna del "santo indiecito", el prelado aseguró que "la misericordia es el amor al estilo de Dios. Es el amor de la madre que ama desde las entrañas, es el amor del padre que quiere de su hijo una persona de bien".
"Es el amor de Dios que no da la espalda a nadie por más que nos equivoquemos y somos infieles una y otra vez. Es el amor de Dios que sale a nuestro encuentro, confía en que podemos cambiar, nos abre un nuevo camino que es oportunidad para una vida más plena", agregó.
"Esa es la misericordia que Jesús quiere contagiarnos. Esa es la misericordia que Ceferino vivió y brindó a los demás", sostuvo en su mensaje.
El obispo recordó que "la misericordia si tiene algo que la caracteriza es que es concreta, no se queda en buenos deseos, en declamaciones, en palabras. Se vuelve cercanía y ayuda concreta al que sufre, y por eso es dar de comer al que tienen hambre y beber al sediento, visitar al enfermo y al que está en la cárcel, vestir al que tiene frío y dar hospedaje al que no tiene techo", y completó: "Es también perdonar y corregir, enseñar y aconsejar, tener paciencia y consolar".
"La vida de Ceferino es todo un ejemplo de dejarse amar por Dios, dejarse cuidar y acompañar por tantas personas, y al mismo tiempo tener un amor misericordioso hacia los demás. Ese amor lo lleva a decidir dejar su familia para estudiar y ayudar su gente, ese amor lo lleva a no preocuparse de los dolores de su enfermedad y pedir más bien que atiendan su compañero de pieza que está sufriendo, y otros tantísimos ejemplos nos regala en su joven vida", enumeró.
"Qué hermoso es ver que hoy somos muchos los que vamos descubriendo que de verdad uno es feliz si es misericordioso como el Padre Dios. Cada día, cada momento, se nos regalan miles de oportunidades de vivir la misericordia en la entrega a los demás", destacó.
Por último, monseñor Laxague le pidió ayuda a Ceferino para recorrer el mismo camino de misericordia que él recorrió.+
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