Mons. Colombo instó a los riojanos a comprometerse con la vida, el amor y el servicio al pueblo

  • 4 de julio, 2016
  • La Rioja (AICA)
"Con San Nicolás, prodiguémonos para cuidar los dones de Dios, la vida de las familias, de nuestros niños, jóvenes y ancianos y especialmente nuestra casa común, la creación, el medio ambiente. ¡Viva San Nicolás! ¡Viva la Patria! ¡Viva La Rioja!", exclamó el obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, en un mensaje con motivo de la Aureolización de San Nicolás. Y llamó a que, en un año tan denso de significación, se asuma "como comunidad eclesial que Dios nos estaba pidiendo una respuesta comprometida con la vida, con el amor, con el servicio a nuestro pueblo".
"Dios nos conceda seguir creciendo en su seguimiento como pueblo de Dios, peregrino en la historia. Con San Nicolás, prodiguémonos para cuidar los dones de Dios, la vida de las familias, de nuestros niños, jóvenes y ancianos y especialmente nuestra casa común, la creación, el medio ambiente. ¡Viva San Nicolás! ¡Viva la Patria! ¡Viva La Rioja!", exclamó el obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, en un mensaje con motivo de la Aureolización de San Nicolás. "Cuando iniciábamos el año en clima de Tinkunaco, les expresaba la triple significación de este 2016, Año de la Misericordia, Año del Bicentenario de la Independencia, año del cuadragésimo aniversario de las muertes de los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville, del laico, trabajador y padre de familia, Wenceslao Pedernera y de monseñor Enrique Angelelli. Con un año tan denso de significación, asumíamos como comunidad eclesial que Dios nos estaba pidiendo una respuesta comprometida con la vida, con el amor, con el servicio a nuestro pueblo", destacó en su mensaje. El prelado sostuvo que Año de la Misericordia, convocado por el papa Francisco, "desafía a concretar nuestra generosidad haciéndonos sensibles a las urgencias del momento que vivimos y dinámicos para responder del modo oportuno a las necesidades concretas de los hermanos". "Las inclemencias del tiempo, con sus temporales de frío y lluvias constantes, unidas al impacto de las medidas económicas que dispararon las tarifas de servicios, son una llamada a la solidaridad de nuestras Cáritas pero también a cada uno de nosotros, a nuestras familias y comunidades, para estar atentos y compartir de corazón", subrayó. El obispo riojano advirtió que "para una sociedad que privilegia el sálvese quien pueda, el arribismo a cualquier precio y la venganza como moneda corriente para zanjar sus dificultades, la familia cristiana como taller del hombre nuevo en Cristo, sigue siendo Buena Noticia y propuesta permanente a los hombres por parte de la Iglesia". "En ese marco, acompañar el proceso de crecimiento de las familias jóvenes y pobres, es un objetivo que debe impregnar la animación de nuestras parroquias y comunidades. No hay que conformarse con las que están entre nosotros o concurren a nuestras actividades, sino salir a buscarlos en los cruces de camino de la realidad cotidiana, donde claman por ser escuchados y atendidos en su dignidad y su sed de Dios", puntualizó. Monseñor Colombo citó el último documento de los obispos para referirse al Bicentenario de la Declaración de la Independencia, y recordó que en su último mensaje en la fiesta de San Nicolás, el 4 de julio de 1976, monseñor Angelelli invitaba a orar por la Patria para que "la sangre derramada con generosidad y heroísmo se convierta en ofrenda suplicante ante nuestro Padre Dios y podamos lograr la verdadera y ansiada paz. Nos duelen los dolores de La Rioja y nos alegran las alegrías de La Rioja. Como argentinos, nos alegran sus alegrías y nos duelen sus dolores" "Así anticipaba dramáticamente la entrega de su propia sangre por amor a este pueblo riojano, pero además nos pedía superar cualquier forma de individualismo y falta de compromiso. Hoy como entonces, nuestra condición de creyentes nos urge a ser solidarios y construir juntos la sociedad justa y fraterna que queremos ser", aseveró, y añadió: "Saldremos adelante sólo con sensibilidad y cuidado extremo de la vida de los pobres". "La Patria del Bicentenario nos pide buscar de todo corazón el bien de todos, especialmente de los sectores más débiles. Es dramáticamente peligroso poner en práctica medidas de gobierno a acierto o error. Si rectificar las propias equivocaciones es una actitud noble del que se equivoca, es imprescindible tomar todos los recaudos y evitar consecuencias dañinas que agraven la situación de los frágiles y excluidos", reclamó. Monseñor Colombo consideró que los asesinatos de monseñor Angelelli y de los cinco religiosos palotinos, perpetrados hace 40 años, "fueron golpes crueles asestados a la comunidad cristiana comprometida con la plena dignidad de los hombres, la renovación suscitada por el Concilio Vaticano II y la participación de los cristianos en política". "La Patria sangraba la vida de muchos de sus hijos. El terrorismo de Estado los suprimía aplicando los presupuestos de la ideología de la Seguridad Nacional. El ?por algo será? comenzaba a instalarse sembrando dudas sobre la recta intención y el obrar de los apóstoles del Señor, inocentes de aquellas acusaciones armadas por los mandantes de los sicarios que les arrebataron la vida. Los tribunales de la democracia ya se han expedido. Y está muy encaminado el reconocimiento eclesial del martirio, semilla de nueva vida para nuestras comunidades", expresó. El prelado anticipó, además, que la diócesis está organizando "un intenso programa de actividades para evocar con memoria agradecida y compromiso renovado a los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville en Chamical, al laico trabajador Wenceslao Pedernera en Sañogasta y a monseñor Angelelli en Punta de los Llanos y esta ciudad capital". "Ellos iluminan hoy nuestro camino eclesial para que no olvidemos el precio pagado por la fidelidad al Evangelio del Reino de Dios y en el día a día de nuestra historia sepamos darnos por entero a la causa del Señor Jesús que nos envía. ?Que sus gritos sean nuestros?", concluyó citando al Papa.+ Texto completo del mensaje