Jueces se comprometieron ante el Papa a recuperar los bienes incautados a traficantes

  • 6 de junio, 2016
  • Ciudad del Vaticano
Los jueces y fiscales del mundo, entre ellos varios argentinos, suscribieron el documento final de la cumbre sobre trata de personas y crimen organizado que se realizó los días 3 y 4 de junio en la sede de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, en el que se comprometieron ante el papa Francisco a recuperar los "bienes incautados a traficantes y criminales" para que sean devueltos a la sociedad para la "rehabilitación y compensación de las víctimas". En la declaración de diez puntos, los magistrados se comprometieron también a perseguir "intensamente" el delito de lavado de dinero y a considerar la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos humanos como "crímenes contra la humanidad".
Los jueces y fiscales del mundo, entre ellos varios argentinos, suscribieron el documento final de la cumbre sobre trata de personas y crimen organizado que se realizó los días 3 y 4 de junio en la sede de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, en el que se comprometieron ante el papa Francisco a recuperar los "bienes incautados a traficantes y criminales" para que sean devueltos a la sociedad para la "rehabilitación y compensación de las víctimas". En la declaración de diez puntos, los magistrados se comprometieron también a perseguir "intensamente" el delito de lavado de dinero y a considerar la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzado, la prostitución y el tráfico de órganos humanos como "crímenes contra la humanidad". "Asimismo, el crimen organizado que mira directa o indirectamente a expandir la esclavitud moderna en sus formas antes descriptas, también debe ser considerado un delito de lesa humanidad y reconocido por tal", sostiene la declaración final. Entre los argentinos participaron de las jornadas el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, y los jueces federales Sebastián Casanello, María Servini de Cubría, Sergio Torres, Julián Ercolini, Marcos Grabivker y Ariel Lijo, entre cien expositores y unos 30 veedores de todo el mundo. "Habiendo sido aprobados los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y ratificado el Protocolo de Palermo de 2000 contra la trata de personas, todas las naciones tienen que reconocer la esclavitud moderna, la trata de personas, el trabajo forzoso y la prostitución como crímenes de lesa humanidad con penas proporcionadas", plantea el documento entre los objetivos. Los participantes de la cumbre piden que "la sanción de los clientes de servicios sexuales deben constituir parte integral de la legislación para una eficaz lucha contra la esclavitud y la trata. Al igual que quien emplea a sabiendas trabajo forzado". Asimismo, proponen que la repatriación de los extranjeros no documentados nunca debe ser una respuesta sin el acuerdo de las víctimas, a fin de evitar el riesgo de las recaídas y de las actividades ilegales y deshumanas, e incluye pedidos para endurecer las posturas en el tráfico de órganos y abogar por proporcionar un apoyo adecuado a las víctimas que incluya la asistencia legal y civil. La cumbre se realizó los días 3 y 4 de junio en la sede de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, donde el viernes el Papa dirigió un discurso a los participantes en el que les pidió que no caigan en la "telaraña" de la corrupción y los exhortó a rechazar las "presiones" de gobiernos y grupos mafiosos.+