Mons. Martorell: "Jesús está en el corazón de quienes lo aman"

  • 5 de mayo, 2016
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, reflexionó sobre el Evangelio de este sexto domingo de Pascua, fiesta de san José Obrero, y aseguró que Jesús "está en el corazón de quienes lo aman".
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, reflexionó sobre el Evangelio de este sexto domingo de Pascua, y explicó que "la liturgia de este domingo sitúa espiritualmente en el contexto de la última cena y del discurso de despedida del Señor y en el vínculo de amor que debe distinguir a sus seguidores". "Al anunciar su partida de este mundo, Jesús les promete otro modo de presencia: una presencia espiritual, una presencia interior que estará en el corazón de cuantos le amen... en lo íntimo del corazón", afirmó el prelado También, aseguró que se hace presente no "solamente Él, sino también su Padre y el Espíritu Santo, a los cuales está inseparablemente unido". "El Espíritu Santo ?explicó- ilumina la mente y el corazón del hombre en la interpretación genuina de la Escritura y en la inteligencia del plan divino para la salvación universal. Asimismo, Él guiará siempre a la Iglesia en el cumplimiento fiel de su misión, aun con sus limitaciones e imperfecciones". "Las controversias y las discusiones son cosa común en la Iglesia, pero cuando la solución se busca y se toma en docilidad y dependencia del Espíritu Santo, por quien tiene el oficio de interpretar la voluntad divina, todo se resuelve para el bien común de los miembros de la Iglesia y en la paz de Cristo" Además, contó que la paz es precisamente el don que Jesús dejó a sus discípulos después de haberles asegurado la presencia de la Trinidad en sus corazones y la asistencia del Espíritu Santo. "Es la paz que se funda cuando hay buenas relaciones con Dios, cuando se observa fielmente su palabra, cuando se está en comunión íntima con Él. Es la paz de quien se deja guiar por el Espíritu Santo y obra a la luz de su inspiración", expresó. Finalmente, el obispo declaró que la paz de Dios no libra de los sufrimientos de este mundo, pero infunde el ánimo necesario para afrontar la lucha cuando es necesaria para mantenerse fieles a Dios. Ver texto completo de Mons. Raúl Martorell.+