Mons. Torrado Mosconi instó al nuevo diácono a cultivar "la atención, la disponibilidad, la generosidad"

  • 25 de febrero, 2020
  • Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, ordenó diácono camino al sacerdocio al joven Rodrigo Álvarez, de 26 años, oriundo de Lincoln. En su homilía, el prelado le aconsejó cultivar la atención, la disponibilidad, la generosidad "para que su servicio y misión sean auténticos e íntegros". Durante la ceremonia, también se instituyó el acolitado a Ignacio Balle.

El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, ordenó diácono camino al sacerdocio al joven Rodrigo Álvarez, de 26 años, oriundo de Lincoln.

La ceremonia tuvo lugar el sábado por la mañana en la catedral Santo Domingo de Guzmán, de Nueve de Julio. Durante la misma ceremonia el obispo instituyó el ministerio del acolitado al seminarista nuevejuliense Ignacio Balle.

Durante la homilía el obispo recordó que la función principal de un diácono es la del servicio a sus hermanos: “Este sacramento te da la gracia y el don para el servicio. Atención, disponibilidad, generosidad son actitudes y virtudes que el servidor del Señor deberá cultivar cotidianamente con seriedad y responsabilidad para que su servicio y misión sean auténticos e íntegros, dando así frutos para el Señor en bien de su pueblo santo y no éxitos para la propia satisfacción egocéntrica”.
 



Asimismo destacó que el diaconado es una verdadera “promesa de amor y una respuesta confiada”.

“La escucha permanente de la voz de Dios, la apertura dócil a su gracia y la confianza plena en su obrar amoroso, son las actitudes requeridas y necesarias para que tu seguimiento, entrega y servicio al rebaño del Señor fructifiquen en el interior de las personas y en la vida de las comunidades”, afirmó.

En ese sentido, aseguró que también todos los cristianos están llamados a ser parte de esa promesa de amor y respuesta confiada. “El Dios de la vida y Señor de la historia, nos asegura la promesa de que estará con nosotros hasta el fin. Aquí debemos poner nuestra confianza, y no en los vaivenes engañosos de las mediciones estadísticas, las manipuladoras campañas de imagen o las pujas por una cuota de poder, todos frutos muertos de la vacía y triste “posverdad”, enfatizó.

Ese acuerdo de fe, destacó, debe estimular a cada cristiano y alentarlo para “no bajar los brazos y a no sucumbir ante cualquier tipo de presión” especialmente “en estos tiempos en los cuales, distintas usinas ideológicas, a veces tan opuestas entre sí, persiguiendo o representando oscuros e inconfesables intereses, van contra el mismo ser humano y contra la fe cristiana”.

Por eso, alentó a todos los miembros del santo pueblo de Dios a esforzarse “para que toda la vida y misión eclesial sean un vivo testimonio de fe, de esperanza y de amor en medio de este mundo alejado de la verdad, desilusionado y violento. Sólo así podremos irradiar la confianza, la esperanza, la misericordia y la alegría del Evangelio que los hombres y mujeres de nuestro tiempo tanto necesitan”.

Por último, exhortó a los presentes, especialmente a Ignacio y a Rodrigo, a “confiar y servir”, que “son dos actitudes básicas en el seguimiento diario del Señor Jesús y, al mismo tiempo, la síntesis de todo un programa de vida en medio del complejo y agitado mundo de hoy, dando testimonio de la fe cristiana”.

El rito de la ordenación diaconal tuvo sus dos momentos más transcendentes con la imposición de manos y la plegaria con los que se confirió al candidato el don del Espíritu Santo para ejercer su función.

Posteriormente el presbítero Guillermo Gómez, delegado de las vocaciones, y el presbíteroJosé Luis Rossi, quien lo acompañará en esta última etapa de formación, revistieron a Rodrigo Álvarez con la estola cruzada y la dalmática. La ceremonia continuó con la entrega del libro de los Evangelios, que indica la función de los diáconos de proclamar el Evangelio en las celebraciones litúrgicas y de predicar, de Palabra y de obra, la fe de la Iglesia.

Acompañaron la ceremonia sacerdotes, diáconos y los demás seminaristas de la diócesis. También asistieron familiares, amigos y fieles de los pueblos natales del nuevo diácono y del nuevo acólito. Rodrigo Álvarez iniciará próximamente su ministerio diaconal en las parroquias San Juan Crisostómo, de Carlos Tejedor, y San José, de Tres Algarrobos. +