Mons. Martorell: "Señor, que podamos alabarte con la boca y con las obras buenas"

  • 12 de abril, 2016
  • Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, reflexionó sobre la liturgia del tercer domingo de Pascua, y la consideró "un triple testimonio de la Resurrección".
El tercer domingo de Pascua el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, reflexionó sobre la liturgia que narra la aparición de Jesús en el lago Tiberíades, la declaración de Pedro y de los Apóstoles ante el Sanedrín, y la visión profética de la "gloria del Cordero" en el Apocalipsis, y la consideró un "triple testimonio de la Resurrección". El obispo dijo que en la aparición de Jesús en el lago, Pedro, "Impulsado por su amor a Jesús, ha sido el primero en seguirle", y terminada la comida, "el Señor lo examina nuevamente sobre el amor". "Debió serle muy penoso a Pedro ser interrogado tres veces sobre un punto tan delicado, pero de este modo Jesús lo inducía -delicada y veladamente- a reparar su triple negación y le enseñaba que el hombre no debe sentirse seguro de su amor, sino más bien poner su seguridad en Dios", afirmó. La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a Pedro en su puesto de jefe de los apóstoles mientras son arrastrados al Sanedrín por haber predicado en nombre de Jesús. El prelado consideró que "Pedro repite con franqueza el anuncio de la Resurrección: ?El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien ustedes dieron muerte suspendiéndolo de un patibuló?. El apóstol acababa de salir de la prisión, pero no temió. Aunque sabía que le podían suceder cosas peores, colocó toda su confianza en el Resucitado y comprendió lo que le había dicho: que debía seguirlo en sus tribulaciones". Para concluir, el obispo sostuvo que "el cristiano alaba y bendice al Señor glorioso no sólo con la lengua y el gesto, sino también y sobre todo con la vida y las obras", y aseveró que "la liturgia es acción de gracias a Dios que no abandona a sus hijos, acción de gracias por la redención obrada por Jesucristo, por la asistencia del Espíritu de Dios para obrar bien y poder dar testimonio explícito de la fe".+ Ver homilía completa de monseñor Marcelo Raúl Martorell.+