"Compartir la vida en clave de misión": La familia redentorista tuvo su encuentro anual

  • 19 de febrero, 2020
  • Villa Allende (Córdoba) (AICA)
Con sede en Villa Allende, Córdoba

La Familia Redentorista tuvo su encuentro anual 2020 en el convento San Alfonso, de Villa Allende, Córdoba. Laicos y religiosos de las comunidades de Salta, Tucumán, Mendoza, Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Goya compartieron momentos de oración y reflexión sobre tres temas centrales: “vida, misión y compartir”.

Este año los presentes tuvieron “el hermoso desafío de dejar nuestras Galileas para adentrarnos en la profunda experiencia de Betania”, aseguro Belén Maza, de la parroquia Cristo Rey, de Guaymallén, Mendoza.
“Nos animamos a rezar, compartir y reflexionar sobre tres temas fundamentales en este camino que vamos haciendo desde la misión compartida: vida, misión, compartir” destacó la laica mendocina.

Fueron “días de gracia, donde afianzamos y redescubrimos la importancia de la ministerialidad laical, desde los vínculos que cultivamos, el modo vocacional de vincularnos con el carisma redentorista, las tempestades que debemos superar para ir 'a la otra orilla' y los dones (talentos, tiempo y recursos) necesarios para compartir, que nos abren camino en este tiempo que se nos invita a crecer juntos en la misión compartida".

“Durante esos días, los distintos espacios permitieron intercambiar experiencias y reflexionar sobre la acción y reacción de las Iglesias locales frente a distintas situaciones que se plantean desafiantes en el mundo actual, a fin de orientar con sabiduría en la pretensión de que nadie quede excluido de la mesa del pan compartido y eucarístico” relató Javier Gauto, laico, comunicador social de la parroquia San Roque y San Jacinto, de Goya.

Gauto también se refirió a “los planteos que esta época propone y que como Iglesia debemos atender. Así, en tiempos de aridez, se vislumbraron modos de compartir la vida, con sencillez y en clave de misión”, en sintonía con la espiritualidad de la congregación del Santísimo Redentor.

En esta línea, la evangelización se podría asemejar a un hospedaje, o como dijo el papa Francisco, a un “hospital de campaña” donde se recibe a todos “los maltrechos, excluidos y heridos del camino”, aseguró en declaraciones a “Todo Goya”.

En uno de los días del encuentro se dio a conocer la experiencia que la congregación desarrolla en Mozambique (África), desde 2002 en Muvamba y luego en Xipamanine y Furancungo, fundamentalmente formando animadores laicos que puedan guiar pastoralmente a las comunidades.

Los espacios de diálogo y acción misionera fueron enriquecedores y concluyeron con la misa de envío, con la animación a cargo de la comunidad de la diócesis de Goya. El mensaje central de la celebración fue poder decir sí al llamado de Cristo y a cumplir el papel de bautizados.

Ante la inminente apertura de una casa redentorista en La Rioja, junto al padre Adrián Roelly se propuso la consigna de no bajar los brazos en la misión compartida. Los participantes del encuentro realizaron un gesto misionero por los barrios de Villa Allende, donde a través de la música se acercaron a la gente para hermanarse en Jesús.

“Compartiendo la vida con sencillez, misionamos en tiempo de aridez” fue la frase que los acompañó y los hizo reflexionar sobre el caminar diario, y descubrir que a pesar de las asperezas de la vida cotidiana uno sigue eligiendo caminar junto a Jesús de la mano de María.

Como reza la canción: "Vamos a Betania a cuidar la vida casa del amigo para el corazón…", los participantes Vanina y Walter, de la parroquia Perpetuo Socorro, de Rosario, desearon “que esa pequeña Betania que nos dio el encuentro se replique en cada comunidad y que nos impele a seguir trabajando como auténticos redentoristas, alimentando nuestro espíritu en cada misión”.

Un día antes de finalizar el encuentro, “vivimos un día de silencio y serenidad; nos retiramos al desierto para sentir aún más la presencia de Dios familia, que nos convoca y sostiene. En la despedida, nos llevamos el compromiso de volver a nuestros hogares y el anhelo de poner en práctica allí, todo lo vivido”, relató Norma Juárez de Villa Allende, Córdoba.+