El Papa se confesó y presidió la celebración penitencial

  • 4 de marzo, 2016
  • Ciudad de Vaticano
La celebración penitencial de "24 horas para el Señor" comenzó en el Vaticano con una ceremonia presidida por el papa Francisco, quien aseguró en su homilía que el pecado "empobrece y aísla". Al concluir el rito, el pontífice se confesó y luego ofreció el sacramento de la Reconciliación a algunos peregrinos allí presentes.
La jornada "24 horas para el Señor" comenzó hoy, viernes 4 de marzo, en el Vaticano con una celebración penitencial celebrada por el Santo Padre, en la basílica de San Pedro. Allí, ante una multitud de cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y fieles el papa Francisco se confesó y luego ofreció el sacramento de la Reconciliación a algunos fieles. La celebración comenzó poco después de las 18. En su homilía, el Santo Padre recordó el pasaje del Evangelio que habla del ciego Bartimeo quien le pidió a Jesús "volver a ver". "Esta es la petición que hoy queremos dirigir al Señor: Ver de nuevo después de que nuestros pecados nos han hecho perder de vista el bien y alejado de la belleza de nuestra llamada, haciéndonos vagar lejos de la meta", expresó el Papa. El obispo de Roma dijo además que "el pecado empobrece y aísla. Es una ceguera del espíritu, que impide ver lo esencial, fijar la mirada en el amor que da la vida; y lleva poco a poco a detenerse en lo superficial, hasta hacernos insensibles ante los demás y ante el bien". "Mirando sólo a nuestro yo, nos hacemos ciegos, apagados y replegados en nosotros mismos, vacíos de alegría y libertad verdadera", aseveró. Luego, aseguró que el Jubileo de la Misericordia "es un tiempo favorable para acoger la presencia de Dios, para experimentar su amor y regresar a él con todo el corazón", y dirigiéndose a los sacerdotes les explicó: "Estamos llamados a infundir ánimo, a sostener y conducir a Jesús. Nuestro ministerio es el del acompañar, porque el encuentro con el Señor es personal, íntimo, y el corazón se pueda abrir sinceramente y sin temor al Salvador". Finalmente, dijo a los presentes: "También nosotros, cuando nos acercamos a Jesús, vemos de nuevo la luz para mirar el futuro con confianza, reencontramos la fuerza y el valor para ponernos en camino". Luego del rito penitencial, el Santo Padre se dirigió a la zona de los confesionarios y nuevamente se reclinó frente a un sacerdote para confesar sus faltas y pedir la absolución de los pecados. Al concluir, ocupó otro de los habitáculos y confesó a algunos laicos que esperaban en fila. Adhiriéndose a la iniciativa "24 horas para el Señor", varias iglesias del centro romano abrieron sus puertas para recibir peregrinos con intención de rezar frente al Santísimo Sacramento y recibir el sacramento de la reconciliación. Lo mismo sucedió en otras partes del mundo, incluida la Argentina. Texto completo de la homilía del Papa en la celebración penitencial.+