Betania: Ecumenismo, comunidad y misericordia
- 18 de febrero, 2020
- Pilar (Buenos Aires) (AICA)
Más de 50 jóvenes provenientes de distintas comunidades cristianas de Capital Federal y el Gran Buenos Aires participaron del encuentro ecuménico
Más de 50 jóvenes provenientes de distintas comunidades cristianas de Capital Federal y el Gran Buenos Aires participaron el fin de semana de “Betania”, un encuentro de verano dedicado al descanso, la oración, la vida en comunidad y la conexión con la naturaleza.
Inspirado en la comunidad ecuménica francesa Taizé, la Villa Marista de Pilar fue escenario de las actividades de Betania, que comenzaron el viernes 14 por la noche y finalizaron en la tarde del domingo 16. La experiencia intentó replicar el espíritu comunitario entre diferentes cultos cristianos con tres ejes básicos: comunión, paz interior y misericordia.
Con tres oraciones al día, guiadas con los cantos de Taizé, espacios de formación, espiritualidad y catequesis, talleres y recreación, los jóvenes pudieron intercambiar experiencias de fe y compartir momentos en comunidad. El obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario de la zona Centro, monseñor José María Baliña, acompañó el encuentro en la jornada del sábado.
En la tarde del domingo, monseñor Alejandro Giorgi, auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal para los jóvenes, presidió la misa de clausura, que fue concelebrada por los presbíteros Guido Petrazzini y Julián Zabalaga, y acompañada por el pastor Pablo Münter, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, integrantes del equipo organizativo del encuentro.
En su homilía, monseñor Giorgi mencionó que, de los 8 mil millones de habitantes del mundo, hay 2 mil millones de cristianos: “¡Qué gran desafío tenemos! Por cada uno de nosotros hay tres que no conocen a Jesús”, dijo animando a los jóvenes a la evangelización. “Qué gran felicidad para Dios que acá podamos reconocernos como hermanos”, destacó recordando la expresión de los primeros cristianos: “Miren como se aman”.
Asimismo, el pastor Münter resaltó: “Donde hay amor, hay comunidad”. Y aunque hizo referencia a las dificultades del mundo de hoy para mantener “pura en el amor” una comunidad (el egoísmo, los propios intereses, el poder, entre otros), animó a los jóvenes presentes a rescatar “tantas cosas que nos unen a los cristianos”. Finalmente rogó: “Que la unidad sea la señal del amor que nos tenemos entre nosotros”.
Monseñor Giorgi concluyó la homilía destacando la presencia del Espíritu Santo: “Todos sabemos que la vida comunitaria es brava, humanamente es muy difícil seguir adelante. Pero los cristianos tenemos el ‘plus’ del Espíritu que nos acompaña, y con Él podemos lograrlo”.
Para más información y fotos del encuentro, se puede visitar su sitio web y sus redes sociales.+