La Corporación de Abogados Católicos cumple 80 años

  • 2 de diciembre, 2015
  • Buenos Aires (AICA)
El jueves 3 de diciembre a las 19, en la Capilla de las Siervas de María, Talcahuano 1154, la Corporación de Abogados Católicos hará celebrar una misa solemne de acción de gracias por el año transcurrido y los 80 años de la institución. La celebración será presidida por Mons. Vincenzo Turturro, secretario de la Nunciatura. Al finalizar la Eucaristía se entregarán medallas a los socios con 40 años como miembros de la Corporación y prestarán juramento los nuevos socios.
En octubre de 1934 la ciudad de Buenos Aires fue testigo de uno de los acontecimientos más importantes de la Iglesia en la Argentina: el XXXII Congreso Eucarístico Internacional, que tuvo la virtud de provocar un reverdecimiento de la Iglesia católica en el país, tras haber sufrido durante años los duros embates laicistas y anticlericales. Fruto de este este clima florecieron en el país varios movimientos e instituciones nuevas que agruparon a los laicos católicos, entre las cuales el Consorcio de Abogados Católicos. El 4 de diciembre de 1935, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Santiago Luis Copello (12 días después sería creado cardenal por Pío XII), reconoció oficialmente a la Corporación de Abogados Católicos San Alfonso María de Ligorio que el próximo viernes cumplirá sus primeros 80 años. Con tal motivo, mañana, jueves 3 de diciembre a las 19, en la Capilla de las Siervas de María, Talcahuano 1154, la corporación hará celebrar una misa solemne de acción de gracias por el año transcurrido y los 80 años de la institución. También se rezará los nuevos socios y por el eterno descanso del doctor Alfredo Di Pietro, socio fallecido este año. La celebración será presidida por monseñor Vincenzo Turturro, secretario de la Nunciatura Apostólica. Al finalizar la celebración eucarística se entregarán medallas a los socios con 40 años como miembros de la Corporación y prestarán juramento los nuevos socios. Mensaje por el 80º aniversario Con motivo del aniversario la Junta Directiva de la Corporación de Abogados Católicos hizo público un mensaje enviado a sus socios, en el que considera oportuna "una mirada hacia atrás y otra hacia adelante, que nos permita ver si el anhelo de los fundadores dio fruto y si éste es abundante. A su vez, si quienes continuamos aquellos primeros pasos dados en 1935, vamos transitando debidamente el camino ideado por los católicos de entonces". "Al ingresar a la Corporación de Abogados Católicos -dice el mensaje- prometimos dar siempre testimonio de Cristo, participar del apostolado de la Iglesia en nuestro ámbito profesional y esforzarnos para que en nuestra sociedad tengan plena vigencia los valores evangélicos en particular la justicia y el derecho. "Sabemos bien que la finalidad de la Corporación es proveer al bien común asumiendo valores morales contenidos en la doctrina social de la Iglesia, contribuyendo al mejoramiento del orden jurídico positivo sobre la base de los principios del derecho natural, afirmar los intereses de la Nación por las vías a las que dé lugar la profesión, exteriorizando su criterio sobre la legislación, jurisprudencia y temas de interés general y ampliando su ámbito y relación con otras entidades dentro y fuera del país para el mejor cumplimiento de los fines propuestos. "Cabe preguntarnos si todos nuestros actos en el ejercicio de la profesión están impregnados del ser católico. ¿Refleja nuestra conducta que luchamos por el derecho, profundizando permanentemente su estudio e interviniendo en los casos asumidos u oportunidades presentadas, sin perder de vista las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y de la Iglesia? "Para preparar esta octogenaria celebración se organizaron cuatro encuentros durante el año, en las que los disertantes abordaron temas como la responsabilidad del abogado católico en el ejercicio de su profesión; la desacralización de la sociedad; el derecho a la vida, en colaboración con el Consorcio de Médicos Católicos y la reconciliación en la Argentina de hoy. "Mirando el futuro inmediato, la Junta Directiva tiene proyectado ampliar sus lazos con abogados católicos de ciudades del interior del país y, eventualmente, del exterior para fomentar así la creación de entidades similares donde no las hay; continuar con la celebración de convenios de intercambio y colaboración con las Universidades Católicas y también universidades nacionales y provinciales. Asimismo, en conjunto con otras asociaciones vinculadas, ofrecer la participación abierta de abogados y no abogados -especialmente los jóvenes- en actividades a desarrollar, la difusión de las mismas para fomentar y contribuir a consolidar, con la labor de todos y cada uno, al deseado reinado de la justicia y del derecho. "La Corporación de Abogados Católicos nació a los pocos meses de la celebración del Congreso Eucarístico Internacional de 1934 y la participación en él de quienes serían sus fundadores fue muy activa. Actualmente se anunció y se encuentra en plena etapa de organización el Congreso Eucarístico Nacional de 2016 que tendrá lugar en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en coincidencia cercana con la celebración de los 200 años de la Declaración de la Independencia de la Argentina. La Corporación de Abogados Católicos invita a todos sus socios a participar, de una u otra manera, en este encuentro de católicos y tal como ocurrió en 1935, nos contagiemos de entusiasmo para renovar la participación activa en la tarea que como católicos nos cabe, no sólo en el ámbito de la profesión sino como católicos comprometidos con el anuncio del Reino que nos compete a todos, sin distinción, desde que recibimos el Bautismo y fuimos llamados por Jesús a colaborar con El. "Cabe recordar que el Estatuto prevé expresamente que podrán formar parte de la Corporación de Abogados Católicos también quienes todavía no son abogados o están vinculados a la tarea propia de esta profesión. Es anhelo de la Junta Directiva que esta disposición pueda plasmarse e invitar así a quienes estén en la situación descripta, que nos acompañen y participen, en su medida, en las actividades de la Corporación. Tendrán así la oportunidad, junto con los socios, de contribuir al crecimiento y consolidación del bien común, que es una tarea ineludible de todo ser humano, derivado del "dar a cada uno lo suyo" -esencia de la servicial profesión del abogado- y encontrar así la felicidad prometida por Cristo, también aquí en la Tierra. "Finalmente, un tema que no se puede dejar de mencionar en este año es la anticipada y apresurada puesta en vigencia de un nuevo código civil y comercial, que no ha sido lo suficientemente consensuado y significó la derogación del que rigió, con algunas reformas, durante más de 140 años. Debido a modificaciones drásticas en muchos aspectos, aguardan a la sociedad momentos de incertidumbre y -seguramente- graves consecuencias para la vida de los argentinos y en especial de la familia. El Gobierno que finaliza su mandato, el Poder Legislativo y de alguna manera la cabeza del Poder Judicial, han modificado con este nuevo código normas, preceptos y principios con origen, vigencia y trascendencia que no nacieron con el Código Civil de Vélez Sarsfield, sino que provienen del derecho natural, del derecho sobrenatural y de costumbres y principios propios que constituyeron la civilización occidental y cristiana, los cuales, ningún órgano del Estado está legitimado para modificar. Aún no se puede vislumbrar el daño que a la sociedad argentina podría provocar este cuerpo normativo tan extraño a sus enraizadas costumbres y que el código derogado mencionaba en forma reiterada como la moral y buenas costumbres del pueblo argentino, las cuales se debían respetar por encima de toda norma. "Quiera Dios Nuestro Señor y su Santísima Madre iluminar a los jueces que deban trabajar en este nuevo período de la historia y de la democracia argentina, que por ventura da comienzo al mismo tiempo que el Año Santo 2016, instituido por el papa Francisco, para que por ser quienes tienen la última palabra sobre la constitucionalidad de las leyes, actúen como Dios y la Patria lo exigen y que sólo rijan aquellas que respeten el orden social, la Constitución Nacional y los tratados internacionales de los cuales la República Argentina es parte. Los abogados católicos esperamos estar a la altura de los acontecimientos y contribuir a ello. Enrique A. Ramos Mejía, presidente Agustín M. Casares, secretario Nueva junta directiva Recientemente fueron elegidos los médicos que integrarán la nueva junta directiva que dirigirá la Corporación de Abogados Católicos durante el período 2015 a 2017. Presidente, Enrique A. Ramos Mejía; vicepresidente, José Luis Rinaldi; secretario, Agustín María Casares; prosecretario, Tomás Santiago Delacre; tesorero, Ignacio Questa Etcheberry; protesorero, Juan M. Richards; vocales, Patricio Fox, Mario Turzi y Miguel Haslop. Continuará como asesor eclesiástico monseñor Víctor Enrique Pinto. La sede de la Corporación de Abogados Católicos está en la avenida Santa Fe 1206, primer piso, departamento A, Buenos Aires; teléfono: (011) 4812-0544; dirección electrónica: cabcatol@fibertel.com.ar; página web: www.abogadoscatolicos.org. Historia En la Buenos Aires de los años treinta tuvo una especial repercusión el XXXII Congreso Eucarístico Internacional celebrado en octubre de 1934. Su efecto se sintió tanto en su preparación como en su realización, con jornadas inolvidables -como las comuniones de los niños en Palermo y la de los hombres en la Avenida de Mayo-, y con posterioridad a través de los movimientos apostólicos que se gestaron. Gente de gravitación singular en la cultura, que había afianzado su fe en los Cursos de Cultura Católica, se integró en la Archicofradía del Santísimo Sacramento, fundó el Serra Club, dedicado a fomentar las vocaciones sacerdotales y religiosas y la Corporación de Abogados Católicos. Si tuviéramos que hacer un listado con sus nombres, excederíamos el propósito de esta breve información, pero para indicar las distintas procedencias mencionaremos a Santiago de Estrada, Mario Amadeo, Tomás Casares, Frank K. Chevallier Boutell, Atilio dell?Oro Maini, Horacio Marcó, Manuel Víctor Ordoñez y Ambrosio Romero Carranza. La Corporación de Abogados Católicos San Alfonso María de Ligorio quedó fundada y reconocida según auto aprobatorio del arzobispado de Buenos Aires, el 4 de diciembre de 1935. Su sede social se estableció en el Convento de la Congregación del Santísimo Redentor, junto a la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias. Su primer asesor espiritual fue el sacerdote redentorista Federico Grote, ampliamente conocido por la fundación del diario católico El Pueblo y los Círculos Católicos de Obreros, y su primer presidente fue el doctor Santiago de Estrada, cuya vida puede proponerse como modelo a quienes militan en el apostolado laico de la Iglesia. A través de los años sucedieron a Estrada en la presidencia de la institución: Frank Chevallier Boutell, Manuel Portela Ramírez, Daniel J. E. Alonso, Martín Aberg Cobo, Oscar Collabelli, Jorge J. Llambías, Ricardo J. Alberdi, Jorge Mazzinghi, José Manuel Ibáñez, Fernando H. Payá y Atilio C. Rinaldi. Este último revitalizó y reorganizó la Corporación dándole nuevos estatutos que, con pocas modificaciones, son los que hoy la rigen y que fueron aprobados por la Inspección General de Justicia al otorgarle personería jurídica. Después de Rinaldi ejercieron la presidencia Lorenzo J. Butler, Juan R. Llerena Amadeo -cuyo período fue completado por Julio César Otaegui-, Ambrosio Romero Carranza -en cuyo mandato se llevó a cabo con mucho éxito el primer Congreso Nacional de Abogados Católicos-, Alberto E. Solanet, Francisco J. Fornieles, Lucas J. Lennon, Luis María Casares, Eduardo Martín Quintana, Alberto E. Solanet, Eduardo A. Bieule y Eduardo Sambrizzi. Actualmente la Corporación está presidida por el Dr. Enrique A. Ramos Mejía. La finalidad de la Corporación es proveer al bien común asumiendo valores morales contenidos en la doctrina social de la Iglesia, que regulan las acciones de los individuos y de la sociedad, contribuyendo al mejoramiento del orden jurídico positivo sobre la base de los principios del derecho natural y, en especial, afirmar los intereses de la Nación mediante las actividades profesionales o a las que dé lugar la profesión, exteriorizando su criterio sobre la legislación, jurisprudencia y temas de interés general. Su sede actual, adquirida en 1990 mediante una donación de la Fundación Pérez Companc, está en la avenida Santa Fe 1206, donde funciona la secretaría de la institución, una biblioteca a disposición de los socios, el consultorio jurídico gratuito y el salón de actos donde se brindan cursos y conferencias de carácter cultural o jurídico, tanto del Consorcio como de otras instituciones. En el marco del objetivo de propalar los valores cristianos, la Corporación de Abogados Católicos publicó diversos libros bajo el sello Ediciones Signo Cruz, y también una revista de distribución gratuita entre los socios. La incorporación de socios se efectúa todos los años en la fiesta de San Alfonso María de Ligorio. La Corporación ha participado en congresos internacionales, es cofundadora de la Unión Internacional de Juristas Católicos, ha instituido premios para alentar trabajos de investigación, y también entre los alumnos de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, la solidaridad y el buen comportamiento. Su presencia es permanente en la vida jurídica nacional a través de declaraciones públicas y presentaciones ante organismos administrativos, judiciales y legislativos respecto a temas vinculados con la defensa de la vida por nacer, la familia y la potestad de los padres sobre la educación de los hijos, y los derechos religiosos de raíz constitucional. En su sede se realizan en forma permanente cursos, jornadas y conferencias tratando temas específicamente jurídicos, como también de cultura general. Desde hace décadas atiende semanalmente un Consultorio Jurídico gratuito para habitantes de la ciudad carentes de recursos y a instituciones católicas.+