Mons. Bokalic: "Abramos los ojos para ver la misericordia del mundo"

  • 30 de noviembre, 2015
  • Sumampa (Santiago del Estero)
El obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM, presidió la misa central de la solemnidad de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, donde pidió a los peregrinos no caer "en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye". "Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad. Nuestras manos estrechen sus manos y que sientan el calor de nuestra presencia, amistad y fraternidad", subrayó.
El obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM, presidió la misa central de la solemnidad de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, donde pidió a los peregrinos no caer "en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye". "Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad. Nuestras manos estrechen sus manos y que sientan el calor de nuestra presencia, amistad y fraternidad", subrayó. "Queremos dejar en las manos de María, la que lleva a Jesús, y la que sabe llevar nuestras cargas y vidas dos intenciones: reencontrarnos con el Dios de la misericordia, que sana, cura, perdona, consuela, anima, resucita, ama hasta el extremo y hacernos misericordiosos con nuestros hermanos", agregó. El prelado exhortó a zambullirse "en el océano de la misericordia" para ser misericordiosos con los demás y precisó: "Queremos ser misioneros de la misericordia: saliendo de nosotros mismos y acercándonos a hermanos ?familias, niños, ancianos, enfermos, jóvenes desesperados y huérfanos de amor, hombres y mujeres que sufren violencias físicas y psíquicas, y otras miserias humanas- para llevar el oleó de la misericordia". "Si fuimos ungidos por esa gracia tan especial, no podemos reservarla para nosotros, cuidándola mezquinamente. Así perderemos la frescura y energía del amor misericordioso", sostuvo. Monseñor Bokalic llamó a hacer propia la oración de San Francisco de Asís y pidió "dejarse sorprender por Dios", como lo hizo el papa Francisco al convocar al Año de la Misericordia. "Esta Iglesia somos nosotros que peregrinamos en la vida, en medio y con nuestros hermanos, y estamos convocados y urgidos a llevar el Evangelio de la Bondad y Misericordia a todos: en primer lugar a los más pequeños, pobres, alejados y olvidados de nuestras comunidades. Con María, la Virgen de la Consolación, seamos discípulos, testigos y misioneros de la ternura, compasión y misericordia de nuestro Dios", concluyó. Luego de la celebración eucarística, la imagen de la Madre del Consuelo recorrió las calles del valle de Sumampa Viejo en procesión, para luego regresar al altar del santuario.+ Texto completo de la homilía