Mons. Fisichella explica el lema y logo del Año de la Misericordia

  • 5 de mayo, 2015
  • Ciudad del Vaticano
El logo del Jubileo de la Misericordia "constituye un compendio teológico de la misericordia y del lema que lo acompaña", expresó el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Salvatore Fisichella, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el martes 5 de mayo, al presentar el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. (8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016).
El logo del Jubileo de la Misericordia "constituye un compendio teológico de la misericordia y del lema que lo acompaña", expresó el presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Salvatore Fisichella, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el martes 5 de mayo, al presentar el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. (8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016). "El logo ?explicó monseñor Fisichella- constituye un compendio teológico de la misericordia y del lema que lo acompaña. Con el lema, tomado de Lucas 6,36, Misericordiosos como el Padre se propone vivir la misericordia siguiendo el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida". [img]http://www.aica.org/subidas/1396.jpg[/img] "El logo -obra del jesuita Marko I. Rupnik- muestra al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extraviado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, ya que indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención". El dibujo se realizó de manera que se destaque el Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, es inevitable notar un detalle particular: el Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. Cristo ve con el ojo de Adán y éste lo hace con el ojo de Cristo. Así, cada hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, su propia humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el amor del Padre. La escena se coloca dentro de la mandorla que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la co presencia de las dos naturalezas: divina y humana, en Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona". "El logo fue debidamente registrado ante los organismos internacionales competentes para evitar cualquier uso inapropiado y salvaguardar su propiedad. Es obvio que cualquier uso distinto al puramente religioso deberá ser aprobado por el Pontificio Consejo y cualquier abuso en este sentido será denunciado", señaló monseñor Fisichella.+