Mons. Canecín propuso recibir el 2020 con un corazón parecido al de Jesús

  • 2 de enero, 2020
  • Goya (Corrientes) (AICA)
Monseñor Canecín invitó a vivir el 2020 con "un corazón nuevo parecido al de Jesús"

“Que reciban lo mejor posible el año que Dios nos va a regalar”, deseó el obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, al dirigirle un audio mensaje a la comunidad diocesana con motivo del inicio del nuevo año.

“Quiero por este medio saludarlos, estamos terminando un año nuevo que Dios nos regaló. Es el último día de este año nuevo y nos disponemos a iniciar un tiempo inédito”, subrayó.

El prelado sostuvo que se trata de “un tiempo nuevo que Dios nos va a regalar, este tiempo nuevo puede convertirse en Año Nuevo, en la medida que cada uno de nosotros, cada ser humano, empecemos con actitudes nuevas, con una nueva manera de ser, con un estilo a la manera de Jesús, el hombre nuevo”.

“Este tiempo inédito que Dios nos va a regalar, sea cual fuera la actitud que hayamos tenido en el año pasado, aunque hubiéramos mal gastado el tiempo y la vida, aunque hubiéramos hechos destrozos en la Casa Grande (Ñanderoga guazú) o en la fraternidad; Dios que nos ama nos va a regalar un tiempo nuevo, un tiempo inédito, que nunca antes existió, nunca más volverá a existir y quiere que estrenemos este tiempo con un corazón nuevo”, aseveró.

Monseñor Canecín, quien se encuentra pasando unos días de descanso en Formosa natal, invitó a releer el capítulo 3 de Colosenses, que dice: "Ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras, y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador".

“El Espíritu por boca del apóstol nos exhorta: despójense del hombre viejo, envejecido por el pecado, revístanse del hombre nuevo animado por el Espíritu”, reflexionó.

Asimismo, invitó a vivir el 2020 con “un corazón nuevo parecido al de Jesús, que late de amor filial por el Padre, que late de amor fraterno por cada ser humano, que late de amor por la Casa Grande, nuestra casa común”.

Monseñor Canecín deseó a la comunidad diocesana que “reciba lo mejor posible el año que Dios nos va a regalar” y finalizó: “Un abrazo grande para todos. ¡Feliz Año Nuevo!”.+