Bodas de oro de una parroquia de la prelatura de Cafayate

  • 23 de febrero, 2015
  • Amaicha del Valle (Tucumán) (AICA)
La parroquia San Ramón Nonato, de la localidad tucumana de Amaicha del Valle, celebró el sábado 21 de febrero bodas de oro con una serie de actividades que llevaron por lema "Qué alegría cuando me dijeron vamos a la Casa del Señor". La misa fue presidida por el obispo-prelado de Cafayate, monseñor José Demetrio Jiménez OSA, y en ese marco se leyó el saludo del papa Francisco. "¡Felicitaciones, amaicheños, en este cincuentenario parroquial! Que continuemos celebrando con esperanza la grandeza de lo cotidiano, la hermosura de lo sencillo, la eternidad de cada momento. Que Jesús, Señor de la Esperanza y la Misericordia, guíe nuestra vida. Que respiremos su Espíritu", expresó el prelado y agregó: "Que en el Buen Dios, Padre suyo y nuestro Padre, nos reconozcamos siempre como hermanos".
La parroquia San Ramón Nonato, de la localidad tucumana de Amaicha del Valle, celebró el sábado 21 de febrero bodas de oro con una serie de actividades que llevaron por lema "Qué alegría cuando me dijeron vamos a la Casa del Señor". El templo había sido erigido parroquia mediante el "auto pastoral", protocolo 99/65, firmado por el entonces arzobispo de Tucumán, monseñor Juan Carlos Aramburu. Asistieron a estas celebraciones los obispos eméritos de Cafayate, monseñor Cipriano García Fernández OSA y monseñor Mariano Moreno García OSA, junto con sacerdotes de las parroquias de San José, Santa María, Colalao del Valle, Cafayate y San Carlos. También participaron comunidades de la jurisdicción parroquial y de parroquias vecinas. Luego de las palabras alusivas y la entrega de recordatorios, el obispo-prelado de Cafayate, monseñor José Demetrio Jiménez OSA, presidió la misa. En este marco, se leyó el saludo del papa Francisco firmado por el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig. En la homilía, monseñor Jiménez invitó a meditar sobre la actitud que, como creyentes, vivimos respecto de Jesús; exhortó a permanecer junto al Señor, a ser ramas de la vid verdadera y recordó que así "como el jugo del tronco de la vid da vida a las ramas, así nosotros si permanecemos unidos a Dios por su Palabra, Jesús". "¡Felicitaciones, amaicheños, en este cincuentenario parroquial! Que continuemos celebrando con esperanza la grandeza de lo cotidiano, la hermosura de lo sencillo, la eternidad de cada momento. Que Jesús, Señor de la Esperanza y la Misericordia, guíe nuestra vida. Que respiremos su Espíritu", expresó. "Que en el Buen Dios, Padre suyo y nuestro Padre, nos reconozcamos siempre como hermanos", agregó.+ Texto completo de la homilía