Patriarca caldeo invita a musulmanes a ayunar juntos por la Paz

  • 18 de febrero, 2015
  • Bagdad (Irak) (AICA)
El patriarca caldeo Louis Raphael I dirigió a sus compatriotas musulmanes una invitación especial con motivo del inicio de la Cuaresma: "Hermanos y hermanas musulmanes" para que durante la Cuaresma se unan por unos días al ayuno de los cristianos, para obtener "lo antes posible el don de la paz, la estabilidad y una vida digna en nuestro país y en todo Medio Oriente".
El patriarca caldeo Louis Raphael I dirigió a sus compatriotas musulmanes una invitación especial con motivo del inicio de la Cuaresma: "Hermanos y hermanas musulmanes" para que durante la Cuaresma se unan por unos días al ayuno de los cristianos, para obtener "lo antes posible el don de la paz, la estabilidad y una vida digna en nuestro país y en todo Medio Oriente". "El tiempo de Cuaresma ?se lee en el mensaje del patriarca? es un tiempo favorable para el arrepentimiento, la conversión y la reconciliación con uno mismo, con Dios y con los demás. Tratemos de aprovechar este tiempo para la oración, la reflexión, el discernimiento y el examen de conciencia, y también para restaurar la armonía, visto que la división es un pecado". "Es necesario promover la fraternidad, dice Louis Raphael I, la cooperación y la convivencia mediante la construcción de buenas relaciones entre todos nosotros, y dando prioridad al perdón, la reconciliación y el bien común, aunque absteniéndose de cometer actos de intolerancia y perpetuar los conflictos que crean malestar". Para el patriarca caldeo el tiempo de cercanía de Pascua es "apropiado para hacer penitencia, convertirse y reconciliarse" con Dios y con los demás. Recuerda las difíciles condiciones de los desplazados, que huyen de Mosul y pueblos de la llanura de Nínive de la violencia del Estado Islámico. Su Beatitud invita a "promover la hermandad", dando "prioridad al perdón" y abstenerse de "actos de fanatismo". Por último, pide: "Amar al país" como a un padre o una madre y "amar a la Iglesia" en este período de fuerte renovación. "Amar nuestra Iglesia. Regresar a las fuentes más puras y reconstruir su unidad, por lo que puede ser una autoridad espiritual, cultural y moral, con el fin de cumplir con su vocación y misión en la sociedad. Para ello hay que consolidar nuestra presencia cristiana en Irak y el Medio Oriente. Nosotros, como cristianos, somos testigos de la esperanza, somos portadores de una historia, de una civilización y un mensaje". "Pasamos por situaciones mucho más duras que en la actualidad, sólo por mencionar uno, las masacres de Safarberlik hace un siglo. Por esto tenemos que aguantar y no darnos por vencido, renovando nuestra fe en el futuro", concluyó el patriarca.+