Fue restaurado el órgano de "La Candelaria"

  • 10 de octubre, 2014
  • Buenos Aires (AICA)
Gracias a la firme y entusiasta decisión del párroco de Nuestra Señora de La Candelaria, Pbro. Julio Salvador Mendiguren, y al trabajo del reconocido organero Carlos Amadini, el preciado órgano Walcker de esta parroquia que hace más de diez años se llamó a silencio, volvió a sonar y sus acordes inundaron nuevamente la amplia nave del templo colmado de fieles, ejecutado por el maestro Carlos Burger en las misas del domingo 28 de septiembre, coincidiendo con la celebración de los santos Cosme y Damián, patronos secundarios de la parroquia.
El 26 de septiembre de 1896, monseñor Uladislao Castellano, tercer arzobispo de Buenos Aires y 18º en la nómina de obispos que gobernaron pastoralmente la diócesis desde 1620, erigió la parroquia Purificación de la Santísima Virgen, la que desde 1903 comenzó a designarse como Nuestra Señora de la Candelaria. Su jurisdicción parroquial abarca unas 60 manzanas con una población estimada en unos 20.000 habitantes. La construcción de su bello templo neogótico, ubicado en el corazón del porteño barrio de Floresta (Bahía Blanca y Avellaneda) y orgullo de la vecindad, tardó medio siglo. Iniciado en 1907 se inauguró en 1958. Tiene tres naves y mide 52 m. de largo por 18 de fondo. Es obra del arquitecto José Barboni, que murió muy joven a los 24 años. En este templo hay un estupendo órgano "E.F.Walcker opus 2180", construido en Alemania en 1928 y montado en la parroquia hace 86 años. Consta de nueve registros sonoros distribuidos en dos teclados y pedalera con un total de 530 tubos. Lamentablemente hace más de diez años enmudeció. Como suele ocurrir en estos instrumentos, el órgano comenzó hace largo tiempo a tener crecientes falencias en su funcionamiento que lo llevaron a quedar definitivamente inutilizable. Todavía muchos feligreses recuerdan, con cierta nostalgia, cuando el rey de los instrumentos solemnizaba las celebraciones litúrgicas, o cuando sus tonos pianísimos invitaban a la meditación. Pero gracias a la firme y entusiasta decisión del párroco, presbítero Julio Salvador Mendiguren, el preciado órgano Walcker volvió a sonar y sus acordes inundaron nuevamente la amplia nave del templo colmado de fieles. El órgano fue ejecutado por el maestro Carlos Burger en las cuatro misas del domingo 28 de septiembre, coincidiendo con la celebración de los santos Cosme y Damián, patronos secundarios de la parroquia. El desafío de devolver la voz y la vida al órgano de La Candelaria fue aceptado por un reconocido organero, Carlos Amadini, quien junto con parte de su equipo de trabajo, integrado en esta oportunidad por sus hijos Fernando e Ignacio y su esposa Adriana, y Gabriel Amadini y Mariano Maltese, encaró las tareas de restauración, que demandaron cerca de un año de trabajo y fueron ejecutadas con materia prima importada de Alemania y respetando su sistema constructivo original totalmente neumático. Cabe recordar que Carlos Amadini y su equipo completo fueron quienes restauraron, también este año, el órgano de la basílica del Espíritu Santo, parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en el barrio de Palermo, que fue solemnemente bendecido el pasado 30 de mayo, y ejecutado ese día magistralmente por el organista Luis Caparra, con lo cual en 2014 dos parroquias de la ciudad de Buenos Aires han vuelto a ver enriquecidas sus celebraciones litúrgicas mediante el sonido del órgano, restaurados ambos por los mismos artesanos. Carlos Amadini destacó que estos dos últimos trabajos acontecieron bajo el amparo de la Santísima Virgen María, en sus advocaciones de Guadalupe y La Candelaria, y expresó su esperanza de que estas noticias transmitan entusiasmo a otros párrocos, cuyas parroquias tienen órganos olvidados y fuera de servicio y que esperan la oportunidad de recobrar el esplendor que alguna vez tuvieron estos nobles instrumentos. Para obtener mayor información escribir al correo electrónico: carlosamadini@gmail.com o en el sitio en internet: www.amadinicarlos.com.ar.+