Hablar con franqueza y escuchar con humildad, pidió el Papa al Sínodo

  • 6 de octubre, 2014
  • Ciudad del Vaticano
Esta mañana, en presencia del Santo Padre, tuvo lugar en el Aula del Sínodo la Primera Congregación General del Sínodo de los Obispos sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización". Los trabajos de hoy se abrieron con las palabras del papa Francisco y con dos relaciones: una del secretario general del sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, y otra del cardenal Péter Erdo relator general. El Pontífice invitó a los participantes a "hablar claro. Nadie diga: ´Esto no se puede decir; qué pensarán de mí, esto o aquello´, porque hay que decir todo lo que se siente con franqueza". Así como "escuchar con sinceridad".
Esta mañana, en presencia del Santo Padre, tuvo lugar en el Aula del Sínodo la Primera Congregación General del Sínodo de los Obispos sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización". Los trabajos de hoy se abrieron con las palabras del papa Francisco y con dos relaciones: una del secretario general del sínodo, el cardenal Lorenzo Baldisseri, y otra del cardenal Péter Erdo relator general. El Papa saludó a los padres sinodales y a todos los colaboradores del Sínodo desde los relatores, a los consultores, pasando por los traductores y a todas las personas que "trabajaron con entrega, paciencia y competencia durante muchos meses, leyendo, evaluando y elaborando los temas, textos y tareas de esta Asamblea General Extraordinaria". "Les doy las gracias también a ustedes, queridos cardenales, patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas -dijo- por su presencia y por su participación que enriquece los trabajos y el espíritu de colegialidad y sinodalidad por el bien de la Iglesia y de las familias. Recordó que fue su deseo, que el espíritu de sinodalidad tuviera lugar en la elección de los relatores, del secretario general y de los presidentes delegados. "Los dos primeros -confió el Santo Padre- fueron elegidos directamente por el Consejo postsinodal, elegido este a su vez por los participantes del último sínodo. En cambio como los presidentes delegados tienen que ser elegidos por el Papa, le pedí al mismo Consejo postsinodal, que me propusieran nombres y nombré a los que el Consejo me propuso". Les recordó a los presentes que ellos traen "la voz de las Iglesias particulares, reunidas en las Iglesias locales mediante las Conferencias Episcopales". Añadió que "la Iglesia universal y las Iglesias particulares son de institución divina", mientras que "las Iglesias locales, así entendidas son de institución humana". Y que ellos, "esta voz la traerán en sinodalidad". El Obispo de Roma les advirtió que es "una gran responsabilidad" la de "traer la realidad y las problemáticas en las Iglesias, para ayudar a caminar en ese camino que es el Evangelio de la familia". Y confió que "después del último Consistorio en febrero de 2014, en el que se habló de la familia, un cardenal me escribió diciendo: ´Qué pena que algunos cardenales no hayan tenido el coraje de decir algunas cosas por respeto del Papa, considerando que el Papa pensara alguna cosa distinta". Y Francisco reiteró: "Esto no va bien, esto no es sinodalidad, porque hay que decir todo lo que en el Señor se siente que hay que decir, sin respeto humano, sin timidez, y al mismo tiempo hay que escuchar con humildad y recibir con corazón abierto lo que dicen los hermanos", porque "con estas dos actitudes se ejercita la sinodalidad". Y reiteró: "Por ello les pido por favor, estas actitudes de hermanos en el Señor: hablar con franqueza y escuchar con humildad". Y concluyó invitándolos a hablar "con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se realiza siempre cum Petro y sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos y custodia de la fe. "Queridos hermanos -concluyó el Pontífice- colaboremos todos para que se afirme con claridad la dinámica de la sinodalidad". Finalizado el breve discurso del Santo Padre y el discurso del presidente de turno, el cardenal André Vingt-Trois, arzobispo de París (Francia), intervino el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, para ilustrar en su relación las diversas etapas de preparación de esta asamblea extraordinaria, el número de participantes, las novedades y el trabajo de la Secretaría del Sínodo desde la última Asamblea General Ordinaria celebrada en octubre de 2012 bajo el pontificado de Benedicto XVI. Francisco concluyó con el deseo de que la actual sea "lugar privilegiado de colegialidad sinodal que anuncia el Evangelio caminando y que esté insuflada de una nueva apertura al Espíritu, de un método y un estilo de vida y de testimonio que garantice la unidad en la diversidad, la apostolicidad en la catolicidad". A continuación tomó la palabra el cardenal Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría) y relator general del Sínodo, para leer la "Relatio ante disceptationem", de la que informamos aparte. La apertura oficial del Sínodo fue este domingo con la misa celebrada por el Santo Padre(ver noticia de AICA) en la basílica de San Pedro. En la víspera, el sábado por la tarde, se realizó una vigilia de oración organizada en la plaza de San Pedro por la Conferencia Episcopal Italiana. Los padres sinodales provienen de los cinco continentes, los jefes de los 13 Sínodos de Obispos de las Iglesias Orientales Católicas sui iuris, los presidentes de las 114 Conferencias Episcopales y los 3 representantes de la Unión de Superiores Generales. Además de los 26 jefes de los dicasterios de la Curia Romana, los 15 miembros del XIII Consejo Ordinario y los 26 miembros de nombramiento pontificio. Participan también 8 delegados fraternos, representantes de Iglesias y comunidades eclesiales, 16 expertos y los 38 oyentes (auditores), hombres y mujeres, especialistas y personas comprometidas en la pastoral familiar.+