Un documental con tinte argentino recupera la vida de Álvaro del Portillo
- 11 de septiembre, 2014
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Buenos Aires (AICA)
A pocos días de la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei, se presentó en la Universidad Austral el documental Trabajar para los demás, una producción dirigida por Juan Martín Ezratty que recupera historias reales de personas que salieron adelante gracias al impulso que encontraron en instituciones solidarias y educativas promovidos por el futuro beato.
A pocos días de la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo, prevista para el 27 de septiembre, se presentó en la Universidad Austral el documental Trabajar para los demás, una producción dirigida por Juan Martín Ezratty que recupera historias reales de personas que salieron adelante gracias al impulso que encontraron en instituciones solidarias y educativas promovidos por el futuro beato.
Ezratty, graduado de la Universidad Austral y cuyo último trabajo es el documental Francisco, un papa entre la gente, logra mostrar la fuerza y la vida de Latinoamérica a través de su tierra y de su gente, y cómo el mensaje de Álvaro del Portillo inspiró y movilizó a miles de personas. "Filmando este documental descubrí también que Álvaro supo desarrollar operativamente el espíritu de san Josemaría", contó el director.
Trabajar para los demás es una coproducción en la que participaron nueve países: Argentina, Guatemala, Perú, El Salvador, Brasil, Uruguay, Colombia, Ecuador y Chile. Desde Guatemala hasta Buenos Aires van surgiendo las historias en las que se puede profundizar el espíritu y las vicisitudes de hombres y mujeres que trabajan por un mundo mejor, un mundo de paz y de justicia.
Del acto de presentación participó el vicario de la prelatura del Opus Dei en la Argentina, monseñor Mariano Fazio. El sacerdote se refirió específicamente a san Juan Pablo II y san Juan XXIII y sobre los próximos beatos Álvaro del Portillo y Pablo VI. Expuso un recorrido histórico sobre la realidad que les tocó vivir y resaltó la manera en la que supieron responder "con mucha paz y alegría" a cada una de las pruebas que Dios le envió a cada uno.
Monseñor Fazio rescató que, para vivir el cristianismo y ser santo, "hay que estar un poco loco", como dice el papa Francisco, y que una vida plena al servicio de los demás puede generar cambios relevantes en la sociedad.
Monseñor Mariano Fazio tuvo contacto directo con el futuro beato Álvaro del Portillo durante algunos años que vivió en Roma y destacó que era un hombre "que irradiaba paz, serenidad y esperanza hasta en las situaciones más difíciles y frente a las decisiones más críticas que le tocaron afrontar".
"Con esa paz ?agregó- y con esa serenidad, impulsó obras solidarias y educativas que han hecho y hacen hoy tanto bien a muchísima gente en todo el mundo".+