La Virgen del Carmen, honrada en su convento platense

  • 17 de julio, 2014
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo auxiliar de La Plata, monseñor Nicolás Baísi, presidió la misa solemne de la Virgen del Carmen en el monasterio de carmelitas descalzas Regina Martyrum y San José, de las calles 7 y 35. Concelebraron con él varios sacerdotes y asistieron en el servicio del altar diáconos y seminaristas. Al término de la Eucaristía centenares de fieles recibieron el escapulario.
El obispo auxiliar de La Plata, monseñor Nicolás Baísi, presidió la misa solemne de la Virgen del Carmen en el monasterio de carmelitas descalzas Regina Martyrum y San José, de las calles 7 y 35. Concelebraron con él varios sacerdotes y asistieron en el servicio del altar diáconos y seminaristas. Al término de la Eucaristía centenares de fieles recibieron el escapulario. Este año, la celebración estuvo marcada por el recuerdo agradecido del exprovicario general de la arquidiócesis de La Plata, monseñor Jorge Schoeffer, y de la Madre María del Carmen de Jesús OCD; fallecidos en enero de 2014. Y que fueran verdaderos emblemas de entrega sacerdotal y religiosa. En su homilía, monseñor Baísi dio gracias a Dios "por el regalo de este monasterio para nuestra arquidiócesis". Afirmó que las religiosas, con su oración, sacrificios y generosidad, "fecundan la tierra de la Viña del Señor". "Al celebrar a la Madre del Carmelo ponemos en su corazón todas nuestras necesidades. Y pedimos la gracia de recibirla en nuestro hogar, como el discípulo amado, san Juan, con la firme voluntad de crecer en el amor y el servicio", agregó el prelado. El convento El 22 de octubre de 1931, el entonces obispo de La Plata, monseñor Francisco Alberti, bendijo e inauguró el monasterio Regina Maryrum , que se empezó a gestar en 1910, cuando el obispo diocesano de entonces, monseñor Juan Terrero, adquirió el solar. La piadosa inquietud de erigir un convento fue de sor María Teresa de los Dolores Crámer Lezica, monja del monasterio Santa Teresa de Jesús, de Buenos Aires. Se le ocurrió, al parecer, porque conservaba el grato recuerdo de sus vacaciones infantiles en La Plata, la ciudad nueva y prodigiosa con la cual estableció un vínculo espiritual. Comprendió, de esa forma, que era preciso intensificar allí la presencia de Dios y ejercer a favor de sus habitantes un ministerio de intercesión. La familia Lezica, a través de la madre de la religiosa, logró a través de varias gestiones concretar el sueño de la joven monja. En el camino centenario, que se celebrará en 2030, el monasterio está en plena etapa de crecimiento, con un importante desarrollo de vocaciones. Al momento hay 15 religiosas profesas y cinco novicias.+