La diócesis de Puerto Iguazú culminó el Año de la Fe con una celebración en la localidad de Eldorado, en la que el obispo diocesano, monseñor Marcelo Martorell, habló a los jóvenes del don de la fe recibida en el bautismo y los animó a ser dóciles a la gracia, haciéndola crecer en el amor a Dios y a los hermanos. También hubo una celebración en la ciudad sede episcopal.
Con una nutrida participación de jóvenes y fieles en general, la diócesis de Puerto Iguazú culminó el Año de la Fe con una celebración en la localidad de Eldorado, en la que el obispo diocesano, monseñor Marcelo Martorell, presidió la solemne misa de clausura.
La diócesis celebró el sábado 23 una jornada juvenil, de acólitos y de catequistas en el corazón geográfico de la jurisdicción eclesiástica. Una multitud acompañó la misa presidida por el obispo, que les habló del don de la fe recibida en el bautismo y los animó a ser dóciles a la gracia, haciéndola crecer en el amor a Dios y a los hermanos.
Monseñor Martorell instó asimismo a la juventud allí reunida a "encontrarse y conocer al Señor a través de la oración y la lectura consciente del catecismo y la Sagrada Escritura. Y les recordó: "Jesús tiene predilección por los jóvenes, y está llamando a través de la Iglesia a la vida consagrada en el sacerdocio y la vida religiosa".
La otra parte del cierre del Año de la Fe se desarrolló el domingo 24, esta vez en la ciudad de Puerto Iguazú con la participación de asociaciones pastorales, movimientos, grupos y fieles en general. Reforzando el sentido de su homilía y dirigiéndose especialmente a los jóvenes, monseñor Martorell los exhortó a "lanzarse sin miedo siguiendo a Jesús, que los llama a ser discípulos y misioneros de este mundo controvertido".+
Texto completo de la homilía