Una simbólica clausura del Año de la Fe en la parroquia Beata Madre Teresa de Calcuta

  • 26 de noviembre, 2013
  • Zárate (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, presidió el sábado 23 de noviembre la misa por la clausura del Año de la Fe en la parroquia Beata Teresa de Calcuta, del partido de Zárate, donde destacó que celebrarla allí fue un "gesto simbólico". Allí bendijo una imagen de San Manuel Mártir, obra del artista Carlos de la Cárcova, que quedó en la parroquia en memoria de la conclusión de este tiempo de gracia para la Iglesia. Llamó a "redescubrir los contenidos de la fe: profesada, celebrada, vivida y rezada" como pidió el papa emérito Benedicto XVI y destacó que el papa Francisco haya contribuido "con un inusitado interés por la fuerza de la fe en lo concreto, los actos que ponen de manifiesto la fe y la solidaridad".
El obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, presidió el sábado 23 de noviembre la misa por la clausura del Año de la Fe en la parroquia Beata Teresa de Calcuta, del partido de Zárate, donde destacó que celebrarla allí fue un "gesto simbólico". De la celebración eucarística participaron miembros de comunidades de Zárate, con sus respectivos párrocos: Alberto Evangelista (templo anfitrión), Adrián Lázaro (Nuestra Señora de Nazaret), Lucas Martínez (Nuestra Señora de Fátima) y Mario Medina (Nuestra Señora del Carmen). Además asistieron las Hermanas Misioneras de la Caridad y un grupo de jóvenes y niños scouts. Monseñor Marcelo Monteagudo, el presbítero Néstor Villa, la laica consagrada Teresa Ferlaino y varios seminaristas del Seminario San Pedro y San Pablo también estuvieron presentes. Monseñor Sarlinga bendijo una imagen de San Manuel Mártir, obra del artista Carlos de la Cárcova, que quedó en la parroquia en memoria de la conclusión del Año de la Fe. Esta obra fue restaurada en forma reciente por el señor Aguiar, quien compartió su testimonio acerca de esta experiencia. San Manuel, junto con sus hermanos Sabel e Ishmael (embajadores del rey de Persia) fueron torturados y asesinados por orden del emperador Juliano, en el siglo IV, por la sola razón de ser cristianos. En la homilía, monseñor Sarlinga recordó que al convocarlo el papa Benedicto XVI quiso que este año "sirviera para que nos interiorizáramos en el significado de la fe, tanto la fe que tenemos, como el contenido de ella. Esto implica un testimonio en nuestra vida y un compromiso público de los cristianos; para intensificar el testimonio de la caridad, sin el cual nuestra fe estaría muerta por dentro". "Debemos redescubrir los contenidos de la fe: profesada, celebrada, vivida y rezada. Qué distintas serian las circunstancias de nuestras vidas si todos pidiéramos esa gracia, más que el esfuerzo y con nuestro esfuerzo también, pero pidiendo todos esa gracia (de poder redescubrir nuestra fe)", sostuvo. El prelado destacó que el papa Francisco haya continuado ese espíritu y consideró que "el Papa ha contribuido con un inusitado interés por la fuerza de la fe en lo concreto, los actos que ponen de manifiesto la fe y la solidaridad". Por último, monseñor Sarlinga pidió a los fieles que colmaban el templo que "se dejen llevar por la mano de María, quien resume en su persona toda la alegría de la fe, y las promesas cumplidas de Dios a su pueblo, dado que el mismo Rey del universo nos la había encomendado como Madre nuestra".+