Mons. Stanovnik hizo un llamado al diálogo y a la cultura del encuentro

  • 25 de noviembre, 2013
  • Corrientes (AICA)
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, presidió la misa de clausura del Año de la Fe en la catedral local tras la Caminata Misionera, de la que participaron las comunidades parroquiales de los ocho decanatos en que está organizada la arquidiócesis, y donde exhortó a profundizar la cultura del encuentro como pide el papa Francisco. "Como ciudadanos, miembros de una gran familia, necesitamos con urgencia que la cultura del encuentro y del diálogo se manifieste también en la conducta política de las autoridades, próximas a asumir la responsabilidad pública de conducir los destinos de esta familia. El desarrollo espiritual y el progreso material de un pueblo depende, en gran parte, de la capacidad que tienen sus miembros de dialogar y de cooperar unos con otros", sostuvo.
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, presidió la misa de clausura del Año de la Fe en la catedral local tras la Caminata Misionera, de la que participaron las comunidades parroquiales de los ocho decanatos en que está organizada la arquidiócesis, y donde exhortó a profundizar la cultura del encuentro como pide el papa Francisco. "Queremos que todo el mundo conozca la felicidad de creer en Dios. Más aún, que nadie se quede sin escuchar que Cristo abraza con su amor a todos, y que al oír ese anuncio, lo reciba gozosamente en su corazón", subrayó en la homilía. "El papa Francisco ha dicho repetidas veces que no quiere una Iglesia cerrada, sino una Iglesia que sale al encuentro de los hombres, especialmente de aquellos hermanos y hermanas que se hallan en las periferias de la vida: periferias geográficas y existenciales. Con ellos queremos compartir la belleza de humanidad que nos brinda la fe y trabajar juntos por una cultura del encuentro y del diálogo", agregó. El prelado señaló en este sentido que "la primera escuela, en la que se debe promover la cultura del encuentro y del diálogo es la familia, y los maestros de esa cultura son los esposos. Primero deben cultivarla entre ellos y luego como padres, en la familia con sus hijos y abuelos. Nadie puede reemplazar esa tarea, ni reconstruir luego lo que los padres no han hecho. Salir hacia el otro, descubrir que la vida es servicio, aprender a compartir, ser generoso y sensible al bien común, se aprende en la familia". "Como ciudadanos, miembros de una gran familia, necesitamos con urgencia que la cultura del encuentro y del diálogo se manifieste también en la conducta política de las autoridades, próximas a asumir la responsabilidad pública de conducir los destinos de esta familia. El desarrollo espiritual y el progreso material de un pueblo depende, en gran parte, de la capacidad que tienen sus miembros de dialogar y de cooperar unos con otros", sostuvo. "Como sucede en una familia, también en el orden social es la autoridad la que tiene la misión y el deber de convocar, integrar y proyectar, buscando sumar voluntades y evitando la vieja tentación de dividir para reinar, tentación siempre al acecho de espíritus egoístas y débiles", añadió. Monseñor Stanovnik citó al Papa para recordar que "la fe no es algo privado, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a convertirse en anuncio". "Es decir, la fe en Cristo compromete integralmente la vida de una persona y todos sus vínculos: matrimoniales, familiares y sociales; e impacta en el corazón de la vida pública, porque es portadora de verdad sobre la dignidad del ser humano y la familia, y brinda sentido trascendente a la condición peregrina de toda la familia humana", concluyó.+