Un ejercicio para hacer fructuoso el rezo del Credo

  • 10 de noviembre, 2013
  • San Rafael (Mendoza) (AICA)
El obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, dedicó la columna mensual del boletín Caminos diocesanos a profundizar sobre la comprensión del Credo, la oración que resume la fe cristiana. Además, recomendó un ejercicio de respiración para que, al rezarlo, se pueda comprender mejor las verdades de fe que allí se contienen.
El obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, dedicó la columna mensual del boletín Caminos diocesanos a profundizar sobre la comprensión del Credo, la oración que resume la fe cristiana. Además, recomendó un ejercicio de respiración para que, al rezarlo, se pueda comprender mejor las verdades de fe que allí se contienen. "Normalmente, cuando rezamos el Credo en la misa, lo recitamos apurados y no expresamos bien la división de los artículos de la fe. Quizá porque corremos demasiado en ese momento? Quizá porque respiramos mal?", expresó. Luego, contó que desde comienzos de año, en el obispado, rezan al mediodía el credo de forma pausada, deteniéndose en cada artículo de fe. Para tal fin, los fieles se ayudan de un tríptico editado con motivo del Año de la Fe en el que se separan gráficamente los artículos de la profesión de fe. "Se trata entonces de aspirar bien el aire en cada pausa, de llenar los pulmones, para ir espirando a medida que vamos pronunciando cada artículo. Se trata de espirar bien el aire mientras profesamos cada artículo", observó. "Hay que recargar plenamente los pulmones, sin apuro, en cada pausa, para comenzar llenos de aire la oración del artículo siguiente. La pausa se estira, la atención se condensa mejor, la oración se profundiza? La respiración ayuda así a articular, a dar mejor sentido a lo que expresamos desde la mente y el corazón creyente", explicó. "Los invito a hacer este ejercicio, mirando el texto en el tríptico o en la tapa de esta revista, y respirando acompasadamente como lo hemos indicado. Experimentarán algo distinto. Saborearán mejor la profunda armonía de los artículos de la fe que nos legaron los apóstoles. Y, paulatinamente, iremos gozando más de su belleza y su sabiduría", concluyó.+ Texto completo de la columna