Fieles difuntos, una fecha para rezar, visitar los cementerios y reflexionar desde la fe

  • 2 de noviembre, 2013
  • Santa Fe
El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, consideró que el Día de los Fieles Difuntos, que se conmemora el 2 de noviembre, es una fecha "en la que todos tenemos el recuerdo de un ser querido", pero invitó a hacerlo "desde la fe", al señalar que "no se trata sólo del recuerdo nostálgico y agradecido a quienes ya no están, sino de la certeza de su vida actual, porque no han sido creados para la muerte. No podríamos tener fe en el Dios de la vida y concluir que ha creado al hombre para la muerte". "Este día debe ser un día de oración, y si se puede de visita al cementerio. Trato de hacerlo todos los años como obispo, para rezar y acompañar a mis hermanos. Lloramos la ausencia física de nuestros seres queridos, pero lo hacemos desde la fe en esa vida que ya no conoce el ocaso de la muerte y para la cual hemos sido creados", subrayó en su alocución semanal.
El arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, consideró que el Día de los Fieles Difuntos, que se conmemora el 2 de noviembre, es una fecha "en la que todos tenemos el recuerdo de un ser querido", pero invitó a hacerlo "desde la fe", al señalar que "no se trata sólo del recuerdo nostálgico y agradecido a quienes ya no están, sino de la certeza de su vida actual, porque no han sido creados para la muerte. No podríamos tener fe en el Dios de la vida y concluir que ha creado al hombre para la muerte". "Siempre recuerdo las reflexiones de algunos pensadores ateos que partiendo del hecho de la dimensión espiritual del hombre, concluían que ese hombre era un absurdo porque era como una pregunta sin respuesta. Alguien que tiene horizontes de trascendencia y que vive la realidad de un presente encerrado en un tiempo sin futuro. La fe nos da esa sabiduría que nos permite vivir en el tiempo con esa apertura hacia la verdad plena del hombre, en cuanto ser único y espiritual. Este puede ser un camino desde la razón que vislumbra la necesidad que tiene el hombre de una vida que no quede sujeta a la muerte", subrayó en su alocución semanal. Tras preguntar "en qué se apoya el cristiano para hablar de esta Vida plena a la que se siente llamado", respondió que "siempre volvemos a Jesucristo", porque Él es "el iniciador y consumador de nuestra fe". "Cuando hablamos de Jesucristo los cristianos no recogemos una opinión más entre otras, sino la Palabra del Hijo de Dios, que ha venido a revelarnos no solamente a Dios sino quien es el hombre", sostuvo citando el Concilio Vaticano II. El arzobispo santafesino destacó que es "bueno que hoy le respondamos con las mismas palabras de Marta: ?Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios?. Esto significa que la muerte como destino definitivo para el hombre no pertenece al proyecto de Dios, en cuanto creador y redentor del hombre. Hemos sido creados para la Vida". "Este día debe ser un día de oración, y si se puede de visita al cementerio. Trato de hacerlo todos los años como obispo, para rezar y acompañar a mis hermanos. Lloramos la ausencia física de nuestros seres queridos, pero lo hacemos desde la fe en esa vida que ya no conoce el ocaso de la muerte y para la cual hemos sido creados", precisó. "Cuando la Iglesia proclama un santo no se refiere sólo al ejemplo de su vida como testimonio, sino a su vida actual en presencia de Dios. Es un día, por ello, en el que debemos vivir y actualizar nuestra fe en lo que rezamos siempre en el Credo: "Creo en la comunión de los Santos. El perdón de los pecados. La resurrección de la carne y la vida perdurable", concluyó.+ Texto completo de la alocución