La fe de Brochero, eje de la vigilia previa a su glorificación

  • 14 de septiembre, 2013
  • Villa Cura Brochero (Córdoba)
Los miles de fieles que participaron de la misa de las 20 del viernes 13, presidida por el cardenal Estanislao Karlic, meditaron en torno a la fe del padre José Gabriel Brochero. Animados a santificar las realidades que les toca vivir, llegaron al predio de la beatificación apenas pasada la medianoche y aguardaron en espera y oración el comienzo de la misa en que fue glorificado el Cura Gaucho.
El cardenal Estanislao Karlic presidió en la noche del viernes 13 una concelebración eucarística para miles de fieles que llegaban en la víspera de la beatificación del Cura Brochero, a quienes animó a santificar las realidades que les tocan vivir, a ejemplo del nuevo beato. El cardenal Karlic, nacido en Oliva, provincia de Córdoba en 1926, concelebró junto con prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, cardenal Ángelo Amato; el obispo de Cruz del Eje y delegado episcopal para las causas de los santos en la Argentina, monseñor Santiago Olivera, y decenas de obispos argentinos venidos de las diversas regiones del país. Bajo el altar, cientos de sacerdotes acompañaban la Eucaristía, y en la plaza del pueblo, los fieles seguían la liturgia por pantalla gigante. El purpurado cordobés reflexionó en torno al Año de la Fe que vive la Iglesia universal, y aseguró que el padre Brochero "celebró la fe, profesó la fe y rezó la fe". Destacó su asidua tarea de formar al pueblo en la vida sacramental, en su celo por bautizar, por vivir la Eucaristía y por llevar la reconciliación a los hombres que se morían. " "¡Brochero creyó en Dios y pudo decir como san Juan, ´hemos creído en el Amor´. Quiso convencer a todos los hombres de su entorno con la misericordia, y como él, queremos vivir este espíritu en la historia de nuestra Iglesia", aseguró. "No solamente Brochero vivió el misterio de la fe, sino que Brochero rezó la fe. Y agregó, "Educó a su gente en la intimidad con el Señor. La sierra le enseñó a subir a Dios. Los caminos le enseñaron a buscar a Dios en los campesinos, en las familias, en los jóvenes, en los alumnos y en los inmundos. Los ejercicios espirituales lo templaron en la fragua cotidiana de Cristo. Supo que solo lo que es asumido es redimido". El celebrante también destacó el amor que Brochero profesó a María. "La amó tiernamente -dijo-, y Ella educó su capacidad de pastor para reconocer la santidad de cada hombre". "Brochero es nuestro como el pan casero. Nació de Dios para nosotros. Cada uno nació para la santidad y el testimonio de muchos. Estamos celebrando la Eucaristía; pidamos que Jesús nos capacite para ser los continuadores de la tarea extraordinaria que Brochero tuvo, en esta tierra, en este tiempo y en este lugar. Roguemos a Dios para que podamos santificar nuestro tiempo", concluyó el purpurado. Vigilia brocheriana. Luego de la celebración eucarística, las monjas de la congregación Abba Padre compartieron una hora de oración animada con cánticos, citas evangélicas y extractos de los mensajes del Cura Brochero. A la medianoche se abrieron las puertas del predio de la beatificación, y apenas despuntó el sol, los miles de fieles que llegaban pudieron rezar el rosario de la aurora, guiado desde el escenario central. En espera y en oración aguardaron hasta las 10, momento en el que empezó la celebración eucarística en la que el Cura Gaucho fue elevado al honor de los altares.+